Instinto Inevitable ©

La tristeza y la busca de paz, provocaba que él llegara a aquel bosque solitario. Se recostó sobre el césped y sólo se dedicó a pensar, formando constelaciones de estrellas. Sobre un árbol una chica lo observaba. Él no lo notó, sólo pensaba.

Ella bajó del árbol con el objetivo de acercarse. Los grises ojos de la chica, provocaron en él un ambiente cálido y tranquilo.

-Hola -susurró él, poniéndose de pie.

-¿Cuál es tu nombre? -preguntó ella.

Una suave brisa recorrió su cuerpo, y la gran luna los alumbraba.

-Jake, ¿Y el tuyo?.

Ella se acercó lentamente hacia el chico, olió muy de cerca el perfume de su sangre, despertando un gran instinto animal. Él solo pensaba en besarle, ella estaba a una distancia muy corta de su rostro, y sólo se concentraba en su fresca sangre, retrocedió y observó delicadamente los profundos ojos oscuros del chico.

Él, también la miraba, creando miles de fantasías en su mente. Los instintos volvieron nuevamente al cuerpo de la chica, un instinto indeseado. No quería matarlo, quería cuidarlo.

-Vete -dijo la chica fríamente, observando sus pies descalzos sobre el pasto.

Él, no comprendía su frialdad, sostuvo su mentón elevando su rostro, la miró por unos segundos, se acercó y la besó, a pesar de todo, él no acostumbraba a ser tan atrevido, si no que era una persona tímida y solitaria. Ella era una excepción, se sentía cómodo y con ella podía ser el mismo.

Se separaron lentamente, sin dejar de mirarse. Ella, estaba enamorada, pero su hambre era más intensa. Él no quería dejarla, ella sólo quería que se fuera, no quería morderlo.

-Vete -repitió.

-No sin ti.

El uso de la razón desapareció por completo de su cuerpo, sus colmillos se presentaron y mordió el cuello del chico, absorbió su fresca y exquisita sangre. Él, estaba muerto.

Observó el cuerpo, sintiéndo satisfacción. El uso de la razón regresó y se arrepintió. Se sentó en el césped y acarició el rostro del chico.

-Emily -le susurró a su oído.