𝘛𝘸𝘰 | 12:00 𝘈𝘔, 𝘏𝘢𝘱𝘱𝘺 𝘉𝘪𝘳𝘵𝘩𝘥𝘢𝘺

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𝑪𝒂𝒍𝒍

The Seoul Palace Hotel era una joya arquitectónica, uno de los hoteles más lujosos y atractivos que tenía la ciudad. Parte del imperio inmobiliario del magnate empresario Lee Donghae. El dueño de Lee Industries era un personaje importante en la ciudad, y ya que pasaba demasiado tiempo en viajes de negocios, su residencia permanente y la de su familia se ubicaba en las suites del hotel.

Lee Jeno, su hijo, despertó esa mañana en su suite con golpes en la puerta.

Rodó sobre su cama hasta recostarse de espaldas mientras los recuerdos de la noche volvían a su cabeza. Parecía un sueño, casi podía asegurar que no había sido más que una fantasía producto de su hormonal mente.

Cuando los golpes se hicieron más insistentes, se puso de pie dispuesto a despedir a quien fuera que lo jodía tan temprano. Iba en pantalones de chándal, descalzo y sin camiseta; por lo que al pasar frente al espejo de cuerpo entero pudo ver de reojo los rasguños en su espalda y un beso apenas perceptible sobre sus clavículas.

Una sonrisa afloró en sus labios porque no había sido un sueño, realmente había ocurrido. Él se había ganado aquellas marcas. Había hecho a Huang Renjun retorcerse de placer en el asiento trasero de su limusina, lo había llevado tan alto que el Pequeño Ángel de China le había clavado las uñas en la espalda y dicho su nombre como un mantra.

Como si fuera la única palabra que necesitara recordar.

—Con una chingada... ¡ABRE LA MALDITA PUERTA, LEE!— gritó Mark desde el pasillo.

Fue como un balde de agua fría cayendo sobre él, porque su mejor amigo estaba en la puerta pidiéndole verlo la mañana después de que Jeno hubiera follado con su ex, a pesar de que no habían pasado ni 24 horas de que habían roto.

Ni siquiera habían dejado enfriarse el cadáver de la relación, antes de que Jeno y Renjun bautizaran la limusina del joven Lee.

Jeno tomó una camiseta a toda prisa para cubrir las marcas en su cuerpo y se acercó con sigilo a la puerta, mordiendo su labio sin decidirse a abrir. Porque Mark lo sabía seguramente, por eso estaba ahí.

— Te escucho moviéndote adentro, sólo abre de una vez.— dijo Mark.— Dile a la chica que tengas ahí que se vaya, necesitamos hablar.

Jeno alzó la cabeza velozmente ante sus palabras. Si el canadiense estaba implicando que tenía una chica en la habitación (como muchas veces ocurrió cuando alguien lo visitaba temprano en su suite) entonces no podía saber que pasó la noche con Renjun.

Con algo de incertidumbre, Jeno abrió la puerta y recibió a su amigo, vigilando su expresión para determinar si estaba molesto con él o no.

Mark Lee llevaba el cabello negro despeinando y una chamarra gris que se sacó apenas entró, caminando en la suite de Jeno como si fuera su casa. Lo cual era más o menos así, ya que había pasado incluso semanas enteras durmiendo allí cuando tenía problemas en casa.

Una cosa sobre los herederos era que todos tarde o temprano se conocían, por los negocios de sus padres o al asistir a las mismas escuelas privadas, eran una sociedad cerrada y elitista. Jeno y Mark se conocieron de ese modo desde que usaban pañales, eran constantes en la vida del otro, mejores amigos antes que cualquier otra cosa.

Una punzada de preocupación resonó en el corazón de Jeno, que mordió distraídamente la uña de su pulgar.

— ¿Dónde está?— preguntó Mark, sentándose en el sillón de la estancia. El coreano reprimió un escalofrío.

What is Lost, What is Gained ▪︎ NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora