Poppy: sinónimo de dolor de cabeza

489 37 3
                                    

–¿Mí pequeña reina tiene todo lo que necesita?~– Preguntó el anterior rey entrando a la habitación de Poppy, llevando en sus manos una bandeja con el postre favorito de la consentida hacía su cama.

– ¡Papá! No soy la clase de reina que deja que hagan cosas por ella...– le asegura la rosada a su padre. No le parecía correcto que siendo mayor sea tratado como la pequeña troll que alguna vez fue.

– Poppy ¿Es en serio? No estás en condiciones de decir algo así– dijo Ramón, quien estaba al lado de la cama de la mencionada sentado en un hongo-banquito.

Ella se encontraba en un reposo obligatorio, ya que su condición era más que pésima, pero la reina le restaba importancia al hecho de padecer una enfermedad que hiciera que tuviera manchas de colores en todo el cuerpo, además de una notoria lesión en la pierna.

– Debes estar delirando por la fiebre, cariño– dijo el antiguo rey para enseguida poner su mano en la frente de esta y comprobar si era así.– no puede ser... Estás ardiendo aún más, necesitamos atenderte con mejores cuidados.

–¿Qué? ¡No! Papá, puedo con esto sola, con una visita de vez en cuando es suficiente– para ella lo único que necesitaba era entretenerse con sus amigos, no hacía falta nada más –¡esto es sofocante!– dijo para después meterse completamente dentro de su cobija mientras tosía.

–¡Poppy, tienes que darle más importancia a esto! Tu salud es lo más importante para la villa troll. – respondió su padre mientras se encaminaba a la puerta– ¡iré a conseguir más medicinas! Te mantendrás aquí el tiempo que sea necesario. – mencionó antes de dejar el hogar de Poppy

– ¡Cara...melos! Con tantas cosas que se puede hacer afuera, tengo que permanecer en mí cama por quién sabe cuántos días. – pensó en voz alta Poppy retirando su cobija que le cubría el rostro, imaginando todas las posibles fiestas y los juegos divertidos que se perderia.

– ¿Sabes? Así lo pensarás dos veces antes de ignorar mi advertencia de no cruzar el frío lago para comer las bayas de dudosa procedencia que estaban al otro lado, ya que ¡Oh, sorpresa! resultaron ser protegidos por criaturas salvajes que lastimaron tu pierna al tratar de espantarte. – le reclamó Ramón cruzando los brazos, recalcando la torpe decisión de la inocente troll. – ¿Qué tienes que decir en tu defensa?

– Que eres el peor animando, Ramón.– le respondió ella con tristeza para después tomar su peluche que se encontraba a su lado y abrazarlo buscando el consuelo que necesitaba.

Ramón se mantuvo en silencio unos momentos, ahora pensaba en cómo hacer que las cosas estuvieran mejor para ella.

– Poppy... Tienes que mejorarte lo antes posible ¿Sabes?– Dijo Ramón acercándose a la cama de ella para acomodar perfectamente su cobija sobre ella. – No es que te vayas a perder mucho, pero parece que eso es lo que quieres ... Entonces está vez hazme caso; por primera vez, tienes que actuar como la clase de reina que deja que hagan las cosas por ella.– al ver la cara de confusión de Poppy decidió explicarle con detalles– Mira, lo mejor que puedes hacer para acelerar todo el proceso es hacer el menor esfuerzo posible.

– ¡Pero no es fácil, Ramón!– protestó Poppy cubriendo nuevamente su cabeza con la cobija recién acomodada.

– Lo sé, Pero mientras más lo apliques, más pronto estarás afuera con todos.– Le tranquilizó Ramón mientras acomodaba por segunda vez la cobija. – Pronto estaras conmigo.– agregó con un tono suave, tomando en su mano el peluche que se encontraba en la cama para chocar por un momento la boca del objeto inanimado con los de la rosada.  Tomando de sorpresa a la troll.

–... Voy a hacer lo posible– respondió ella sin dudarlo un poco, para después abrazar a Ramón.

– Caramelos ¡Si que estás ardiendo Poppy!– Dijo Ramón separándose rápidamente, para después colocarle un trapo mojado en su frente.

•Nada Importante [One-shot's Broppy]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora