•Nada Importante [One-shot's Broppy]•

Poppy y el búnker

– ¡Woh! Fue muy fácil– habló para sí misma Poppy, adentrándose al hogar de su amigo con un regalo en mano, para después bajar por ese raro ascensor.– ¡Es como si Ramón me incitara a irrumpir su hogar sin su consentimiento para darle una gran sorpresa!– dijo mientras se paseaba por el lugar hasta dar con una mesa o algún otro mueble dónde dejar su presente.– Pero como ése no es el Ramón que conozco, no se esperara para nada está sorpresa ¡Quisiera ver su cara cuando lo habrá!– exclamó lo último con un chillido de emoción.

Por supuesto, no era casualidad que Ramón no se encontrará en ese instante, ella había elegido un momento en el que el dueño estuviera ocupado con cosas que lo mantendrían alejado de su hogar, para así tener tranquilamente el tiempo que necesitará para llevar a cabo su simple plan de entrar y salir.

Y ya hecho lo hecho, se dirigía hacía la salida para continuar con sus siguientes planes del día, ya que tenía una celebración especial que preparar, y este era el aniversario de un mes desde que los bertenos aceptaron una amistad y alianza con los trolls, y aunque que era muy pronto para celebrar, ellos no son el tipo de criaturas que desperdiciarían un motivo de fiesta.

Pero justo antes de salir, Poppy se detuvo para indagar un poco por el lugar aprovechando la ausencia del propietario, más precisamente porque le llamo la atención un botón que estaba cerca del ascensor, el cual tenía escrito "Presióname" en él.

Y Poppy sin pensar mucho al respecto, hizo exactamente lo que le propuso aquel botón, teniendo grandes expectativas divertidas, esperando que iniciara una pista de baile o salieran globos y serpentinas del techo.

«Intruso detectado. Iniciando sistema de seguridad: bloqueando salidas de escape» Fue lo que se escuchó a los segundos de haber presionado el botón.

– ¿¡El que cosa!?– gritó Poppy ni bien escucho el comunicado.

Y como si de sincronía se tratase, uno por uno, unas puertas de metal bloqueaban las entradas de las habitaciones, desvaneciendo sus opciones de salir por los túneles o ventilación. Sin muchas opciones, decidió ir por la salida principal, la que daba al subir al elevador, pero para su sorpresa, esté no se movía del lugar, no tuvo más opción que trepar utilizando su cabello, pero al llegar a la cima, como ella lo supuso, efectivamente la escotilla de entrada (a excepción del mirador que se encontraba en esta) estaba más asegurada que el resto de la casa, imposibilitándole escapar.

– Uhh... Esto se ve feo ¡Pero está bien! Estoy segura que en unos minutos llegará Ramón y me ayudara a salir.– Se convenció a sí misma para tranquilizarse.

Su plan era no ser descubierta por él, pero dadas las circunstancias, pensaría en alguna excusa para no arruinar la sorpresa después. Apenas eran las dos de las tarde, tenía mucho tiempo para salir de ahí antes de la celebración que se aproximaba en la noche.

(...)
[3 horas después]

– Raamóóóónn ¿Dónde estáááás?– dice la aprisionada, cansada y frustrada de contar los abrazos que se había perdido en todo ese largo tiempo.

Mientras más pasaba el tiempo, más se preocupaba. Cómo reina no podía darse el lujo de desaparecer, o causaría un gran alborotó si no la hallaban en seguida.

– Por todo lo que es bueno ¿Qué tenemos aquí?– dijo Ramón al otro lado de la escotilla.

– ¡Ramón, estoy aquí! ¡Gracias, gracias, gracias!– dijo Poppy emocionada acercándose al mirador de la escotilla para que esté la pudiera ver.– Estoy atrapada aquí desde hace horas ¡por favor déjame salir!

– Poppy, primero tengo dos cosas para decir...– dijo Ramón suspirando frustrado– Uno: ¿Que haces ahí?, Dos: ¿Presionaste el botón cazabobos?