El joven Jeon tenía unas manos preciosas, finas y delicadas; solía tocar suaves melodías a la par que sus yemas acariciaban las teclas del piano, las cuales destacaban en cualquier lugar que contara con su presencia.
Se podía decir que Jungkook era...
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POV'S TAEHYUNG:
Mi espalda dolía bastante incluso cuando habían pasado horas desde la golpiza, me había tomado todo este tiempo para reflexionar y tratar de encontrar la razón por la cual una mujer que conocía tal como mi madre, decía que su hijo merecía cada golpe.
Sinceramente, siempre pensé que esa mujer estaba loca, así que no me sorprendía que me golpeara. Mis padres eran monstruos e inhumanos, no entendía cómo existían personas que admiraban a nuestra familia y hacían de todo por aliarse con mi padre. Probablemente sólo era por su dinero, el poder y alta sociedad, lo único que les importaba. El ser humano era un asco, y con tan sólo doce años lo había comprendido.
Sólo Hobi era una buena persona, él era mi salvador.
Noté unos suaves golpecitos contra mi ventana, así que me levanté y le abrí a mi único amigo. Venía con un envase de vidrio y crema que preparaba su abuela, así que me quité rápidamente la parte superior de mi pijama para luego recostarme sobre mi cama. Me miraba con lástima, sabía que yo no quería hablar así que sólo se resignó a poner la crema sobre mi maltratado cuerpo y luego vestirme como si aún fuera un niño pequeño. No quería seguir siendo un niño, pero agradecía internamente que mi ángel me cuidara de esa forma, ya que mi cuerpo realmente dolía con cada mínimo movimiento.
Lo que restaba del día transcurrió con rapidez mientras descansaba en los brazos de Hobi, era la única persona que me había dado amor en mi vida... No comprendía porque mi corazón se aceleraba de esa forma, pero supuse que él lo había notado cuando se alejó de mi cuerpo y me miró fijamente a los ojos al escuchar lo alborotado que estaba mi corazón ante su cercanía.
En ese instante, me quedé paralizado por completo, nunca había sentido la necesidad de la cercanía de alguien hasta que lo conocí a él. Esa noche, cuando nos aferramos mutuamente al cuerpo de otro y los latidos de nuestros corazones se entrelazaron entre sí, lo supe.
Hobi era más que mi salvador y confidente, podía comprenderlo con claridad. El mundo era una mierda y el único que podría salvarme de este infierno sería él.
Las horas pasaron y salió el sol, los brazos de Hobi se mantuvieron cálidos durante toda la noche. Lamentablemente nunca imaginamos que nuestra hogareña mañana sería arrebatada de una forma tan violenta por culpa de esos monstruos.
Y mucho menos creí que me arrebatarían lo único que me mantenía cuerdo.
La puerta de mi cuarto se abrió de golpe, las pisadas eran de mi padre y estaba furioso, por detrás venían los tacones de mi madre intentando seguirle el paso. Los conocía a la perfección, y estaba aterrado. No tuve tiempo de reaccionar y moverme, mucho menos para esconder a Hoseok.
