Un amor de brujas

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-Cuando su largo y rubio cabello se ondea en el viento parecen miles de doradas mariposas que huyen en busca de majestuosas flores color arándano que combinen con sus azules ojos en los que se refleja un océano… un gran y cristalino océano, ¿y si sonríe?, si sonríe hace que tu día se ilumine con el blanco de su perfecta dentadura, con el sol escondiéndose de fondo sería una escena ideal para el día más feliz de tu existencia… Sin duda alguna… Lo extraño mucho.

    La jovenbruja dejaba un ramo de flores frente la lápida de su amado, amado el cual habían asesinado por sospechas de que tenía una novia que era una bruja.

-Lo lamentarán…- ella amenazaba a los asesinos en voz baja.
Y así fue como al día siguiente el pueblo ardió en llamas.
7 años después, la bruja prometió no enamorarse, pues sólo traían problemas y cargas emocionales.

    Se encontraba sola, es una pequeña montaña cuando de  pronto escuchó:

-Buenas noches, no sueles pasar por aquí, ¿verdad? – Un pelirrojo de no más de 18 años con ojos color café con leche había aparecido de la nada y de una manera muy sospechosa de los arbustos.

- ¡¿Eh?!, ¿Quién eres y de dónde se supone que saliste? – preguntó la bruja muy asustada por su inesperada visita.

- Primero que todo, buenas noches. Segundo, me llamo Mordicton, pero como no me gusta mi nombre, puedes llamarme “Mordi” y tercero, Salí de los arbustos con los pies. – creo que Mordi no quería hablar mucho de él.

-…

- ¿Que? - Mordi no sabía porque su “amiga” se quedó tan callada de repente.

-… ¿De verdad te llamas “Mordicton”? La joven brujita hizo comillas cuando pronunció el nombre del chico.

-Si…- Mordi tenía una cara de temor y a la vez confusión cuando la bruja le hizo esa pregunta tan… ¿peculiar?
La joven bruja se comenzó a reír a carcajadas hasta llegar a llorar.

    Mordi puso la peor de las caras ante esa reacción, creo que no le dio mucha risa.

-Si quieres quejarte desentierra a mis padres y revívelos, de hecho, te lo agradecería- El joven pelirrojo caminó como si nada hubiera pasado hacia nuestra brujita y se sentó a su lado.

- ¿Qué? – la brujita mantuvo su seria mirada en el pelirrojo.

- Tranquila, con el tiempo te acostumbras… por cierto, ¿cuál es tu nombre? – A juzgar por la reacción neutral del chico se había adaptado mucho a su situación.

- “Keniah”, pero si quieres puedes llamarme “Keni”-Keni sonrió levemente cuando dijo su nombre.

    Se quedaron ahí un buen rato, hablando sobre cosas, parece que Keni había hecho un amigo.
Pasaron muchos meses desde que se conocieron y últimamente Keni se sonrojaba y pensaba mucho en Mordi, cosa que a Keni no le agradaba. Puesse había puesto una regla “no volverse a enamorar nunca” ¡y las reglas se cumplen!… O quizás las reglas están hechas para romperse.
Un día Mordi había invitado a Keni a pasar la noche en su casa, por primera vez.
    Keni preparó su mochila y fue.
Tocó la gran puerta de entrada y después de unos segundos  comenzó a abrirse.

-Buenas tardes, Keni-

    Mordi parecía tener un leve sonrojo en sus mejillas, como sea, Keni no quería saber nada que tenga que ver con el amor, por lo que desvió la mirada hacia adentro de la casa de Mordi.
    Apenas pasabas esas gigantes puertas entrabas al salón, el gran salón. En él  tres jóvenes mujeres haciendo la limpieza y unos cuadros en las paredes.

-Que hermosos cuadros- Dijo Keni, tenía un gran aprecio hacia cualquier tipo de arte.

-Gracias, los pinté yo mismo- Por su tono de voz, Mordi parecía estar muy orgulloso de su trabajo.

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⏰ Última actualización: Dec 04, 2021 ⏰

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