Y si te dijera que hay una razón por la que Peter Pan anhela tanto ser inmortal o que puedo contarte el porque odia tanto a Rumplestilskin, que hay un pasado tan oscuro que pocos llegaron a conocerlo.
¿Te interesaría saber que paso?
Está es la histo...
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Aclaraciones
• En este capítulo Celia tiene 17 y Malcolm tiene 18.
• Lo ocurrido en este capítulo es la historia contada tanto por Peter a Rumplestiltskin como por Celia a Killian.
• Malcon se ve igual a Peter solo que unos años mayor.
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El exquisito olor humeante a platillos recién sacados del fuego recorría el hogar de cierto par de traviesos jóvenes. Celia con movimientos apresurados terminaba de arreglar la mesa con la cena en ella.
Se sentó ansiosa y golpeteo su pie hasta que por fin escuchó unas pisadas impulsando una carreta, de un tirón se levantó y abrió la puerta sorprendiendo a Malcolm que estaba por entrar a la casa.
-¡Lia! - El joven se apresuró a rodear con sus brazos a la chica - No te imaginas lo exhausto que fue el día pero tale más de la madera habitual así que ese idiota estará alegré - Comento refiriéndose al carpintero a lo que Celia soltó una risa nerviosa - ¿Cómo estás?
La muchacha quedó algo petrificada - ¿De..de qué hablas?
-¿No ibas a ir con el curandero del pueblo? estuviste vomitando estos días, me preocupa que algún animal que hayamos cazado estuviera enfermo y te hiciera mal.
Celia asintió repetidas veces con su cabeza - Si, si yo ya fui con él hoy, en la mañana luego del desayuno.
-¿Y qué te dijo? Puedo negociar con el carpintero para que me adelante un poco la paga y comprar el medicamento que tú necesites Lia.
Ella se acercó dudosa y entrelazó sus manos con las de él empujándolo un poco hasta sentarlo en una de las sillas - Malcolm, yo no estoy enferma... - Al ver qué el chico iba a interrumpir se apresuró a terminar - Estoy embarazada.
Silencio, sólo podían escucharse los grillos que cantaban bajo la estrellada noche pero dentro de esa cabaña reinaba el silencio.
Celia volvió a hablar temerosa - Se que somos muy jóvenes aún pero creo que puede ser algo hermoso tu y yo siempre quisimos ser padres, claro que hablábamos de más adelante pero aún así puede ser perfecto... - El corazón se le empezaba a acelerar a tal punto que creyó que se saldría de su pecho - No te enojes por favor...yo
