"The sweet escape is always laced
With a familiar taste of poison"
La música sonaba fuerte haciendo que las ventanas de la mansión vibraran, no había tomado tanto tiempo para que los grandes salones se abarrotaran de personas con bebidas en sus manos y comida por doquier.. Hacía poco más de una hora que me encontraba bailando como si nada más importara, claro que, siendo rodeada por los delegados de mi tío que mantenían una delgada y sana línea de donde estaba yo hacia el resto de los invitados que no eran parte de la organización de los Mangiamorte.
Mis veinticuatro años habían llegado más rápido de lo que pensé y es por eso que hoy se celebraba hasta que el último ser en este lugar quedara de pie.
Desde que había llegado a América junto a Dante la decisión del anonimato fue mutua por lo que en cierta forma, el festejo de mi cumpleaños solo lo sabía mi gente y el resto de los presentes solo veían una fiesta más organizada por el gran Dante Ballastro. A los ojos del mundo yo era básicamente invisible y amaba serlo, mi tío me había dado el regalo más valioso en toda mi vida y era la libertad. Mientras reflexionaba e intentaba tomar un poco de aire en la lejanía logré ver un destello fueguino moviéndose con locura y supe que era Val, ella estaba tan ensimismada que no notaba la cantidad de tipos que habían cambiado de lugar entre ellos intentando llevar su atención.
Con una sonrisa en mis labios me acerqué a medida que bailaba y saludaba a algunos conocidos y una vez a su lado, choque mi cadera contra la suya haciendo que ella me mirara con una gran sonrisa, claramente bastante ebria y relajada.
Pasado un rato ya con el calor sofocante que generaba la multitud y el humo levante mi cabeza en busca de un poco de aire y fue cuando note que Vittore estaba en la escalera esperando a que lo mirara para hacerme el asentimiento que habíamos acordado.
-¡Val, vuelvo en un momento! - grite aun sabiendo que con todo el ruido ella no me escucharía, en efecto mi amiga me miró con gran confusión y opté por hacer un ademán para que me entendiera.
En el camino hacia el primer piso de la Mansión volví a saludar a aquellos personajes de alta sociedad que poco me importaban pero aun así, mantuve una cautivadora sonrisa en mis labios. Una vez que llegue al largo pasillo mi rostro regresó a la típica seriedad, una vez dentro de la habitación solté un largo suspiro, la sensación de haber entrado a un túnel me rodeo aislándome de todo.
Dejé mi móvil en la mesa de noche y caminé con tranquilidad hacia el pequeño bar en tanto le daba una fugaz mirada a mi amigo sentado en el escritorio. Necesitaba un buen whisky, ante su silencio mire sobre mi hombro con una ceja levantada.
-¿Está todo listo? - pregunte con un tono algo tajante, él continuó mirándome y luego bajó su vista hacia el folder en su mano. Puse mis ojos en blanco un poco fastidiosa y me acerque al escritorio con un vaso extra para dejarlo frente a sus ojos - Vittore
ESTÁS LEYENDO
El beso de la muerte
RomanceTodos tienen secretos oscuros y pasados que preferirían olvidar. Para Gennevive Vitale, esos recuerdos están teñidos de sangre y venganza. Desde niña, Gennevive creció en un entorno donde la violencia y la muerte eran parte de la vida cotidiana. A l...