Pt. 5

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—Te ves bien— Y Hoseok acaba de robarle las palabras a Jimin, y lo siguió haciendo:—Sabes como llevar un traje— Su mirada volvió a barrer de arriba a bajo al alfa elegante frente a sus ojos. Y no es que Hoseok no hubiera visto ya a Min en traje, solo que esta vez trasmitía algo diferente. Y no supo en qué.

Jimin resopló, —Se ve tonto— Vamos, las palabras que tenía pensado decir fueron arrebatadas así que no supo que más decir además de ello. Pero, de todas formas, tenía un punto... —Lo prefiero como se ve habitualmente— Y eso no era una mentira, digamos que se había enamorado de un desaliñado y grosero alfa asocial, no de un chico elegante de buenos modales. Bueno, Yoongi no solía usar sus buenos modales nunca, en fin, lo que Jimin trataba de decir había quedado claro.

Yoongi sonrió, —También te amo, mocoso— dijo mientras ajustaba su corbata negra. —Ya es hora de irme— Y bien, su sonrisa no duró nada, pues ya estaba amargado de nuevo. Él realmente no quería ir a la dichosa reunión, tampoco estaba entusiasmado por conocer al nuevo integrante de la editorial. Se suponía que hoy debía de tener una cita con su lindo omega, pero los planes se cancelaron. Aunque Yoongi ya había planeado algo, pero esperaba tener tiempo para ello.

—Maneja con cuidado— Le dijo Jimin antes de que un beso en despedida comenzara. —Suerte, trata de no tratar a nadie mal— Y por último, dejo un beso en la mejilla de su alfa apuesto.

Yoongi se alejó, ahora con algo de humor, aunque sabía que iba a verse como perro rabioso en cuanto llegase a la editorial. Él amaba su trabajo, lo hacia, pero odiaba tener que salir de su casa. Sobretodo, odiaba que en su maldito día libre tuviese que ir a trabajar. 

—Debería de renunciar— Terminó diciendo luego de poner en marcha su auto, pero luego se encontró riendo por la estupidez dicha. Nuevamente, él amaba su trabajo; además de que si renunciaba Jimin era capas de dejarlo, y eso ni siquiera era una broma. Fin de la historia.

...

Yoongi llegó unos dieciséis minutos tarde, la explicación fue simple, había mucha nieve en las calles y aquello había causado un ligero accidente menor por lo que se vio obligado a esperar y luego tomar otra ruta. Al menos el accidente no le había pasado a él.

Pero bien, Min no se apresuro, se tomó su tiempo al dejar de auto, también lo hizo al ingresar a la editorial. Es más, este alfa fue en busca de algo de café antes de subir tres pisos arriba. Entonces no solo estaba llegando casi veinte minutos tarde, en total fue una media hora completa. A todo esto, Yoongi se animó a mostrar una sonrisa, tal vez su llegada tarde había enfadado y hastiado a las personas que le estaban esperando, si es que lo seguían haciendo. 

—Tendremos esa cita— Murmuró Yoongi, su sonrisa haciéndose mucho más visible. Las puertas de ascensor se abrieron y siguió su camino hacia cierta oficina, en donde la mayoría de las importantes reuniones sucedían. Y eso a Min le importaba muy poco.

Abriendo la puerta, Min Yoongi borró inmediatamente su sonrisa de oreja a oreja. Pues ahí dentro seguían habiendo personas, tres para ser precisos. Una mujer, y dos hombres, uno parecía ser el más joven. Con ceño ya fruncido, Min terminó ingresando a la oficina, la cual tenía una larga mesa, y dejaba a la vista un hermoso panorama del exterior. Pero a Yoongi ya nada le parecía hermoso, a excepción del ruidoso omega que tenía en casa.

Un pequeño saludo, y Yoongi terminó por tomar asiento del lado vacío de la mesa. Tuvo la decencia de explicar del porque su tardanza, —Hay mucha nieve, y realmente no quería venir— Tan serio como el hombre más serio del mundo. 

El dueño de todo, el jefe, el CEO solo fue interrumpido. La mujer habló primero al presentarse, y al parecer a ella estaba importándole muy poco la impuntualidad del escritor estrella.

Alfa y Omega ❝Yoonmin❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora