Felices 18

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El 1 de abril del año 1997 a la cigüeña se le cayó un bebé en la ciudad de Alicante, con tan mala suerte que el golpe en la cabeza la dejó tonta (y así se ha quedado). Aún así, creció amando la música y optó por convertirla en su vía de escape; con los años aprendió a cantar y a escribir sus propias letras.

En el colegio no es que tuviera muchos amigos, por lo que la mayoría del tiempo le gustaba recluirse en un margen del patio. 

Años más tarde, esa etapa de soledad se llenó de alegría con la llegada de su hermano Alberto, con el que hoy día mantiene una relación de amor-odio. 

Aún recuerdo cuando la vi por primera vez, con ese pelo corto y sus rizos en los que se podrían encestar mil bolitas de papel. Los primeros días de clase nos insultábamos con todas las palabras habidas y por haber, pero cuando la conocí realmente supe que su vida no iba a ser fácil de vivir y que quería estar con ella (aunque me diera un sartenazo en la cara).

La he visto reír, la he visto llorar, la he visto sufrir, pero, pese a todo, siempre ha seguido adelante. Para mí, eso es un ejemplo de superación diaria.

Creo que no tengo mucho más que decir, porque ella sabe lo mucho que la aprecio.

Melinda,

stay strong

and

live and let live.

She's a part of my lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora