tengo que decirte que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría. que me encanta mirarte y verte sonreír. adoro tus risas y me lastiman tus lagrimas. que no fuiste el amor de mi vida, ni de mis días, ni de mi momento, pero que te quise y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser nada.
usted y su caudelosa sonrisa son de pocas manifestaciones de esta vida que me hacen sucundir de placer y felicidad. porque sin buscarte te ando encontrando en todos lados. porque tu, y solo tu tienes la capacidad de secar mis lagrimas, de calmar mi enojo, y de cierto modo estár en mis momentos de fragilidad.
porque tu,
le haz dado inspiración a mi boca,
imaginación a mis manos,
y sentido a mi vida.
