Una de las características que más definen a los guardianes es la capacidad de percibir emociones ajenas. Nuestro pobre Leví las tiene todas mezcladas y Angie contribuye poco en su esfuerzo por mantener el orden.
Su compañero, quien se supone que tiene que ayudarle para que sus emociones no se disparen es peor que él y aunque se da cuenta de todo... pues acaba por dejar que pase lo que pasa. En fin... cosas que pasan frecuentemente...
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