capítulo 3: No me dejes.

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La mañana de la boda por fin había llegado, era una mañana bastante fría, la brisa revolvía las hojas de los árboles produciendo que algunas cayeran, todo esto generando un ambiente de tranquilidad y serenidad.

Midoriya yacía debajo de las cobijas de la cama, quería seguir durmiendo o en el mejor de los casos despertar y que al abrir los ojos se encontrara ese poster del rey all might II que era lo primero que veían sus ojos.

Lastimosamente no se hizo realidad, al levantarse se encontraba en la recámara del castillo, no fue un mal sueño, todo lo que había pasado hasta la fecha era real.

Se recostó en la parte izquierda de la cama dando con la ventana que dejó abierta durante la noche, no se percató de cerrarla pero eso no era relevante para el.

Se colocó unas pantuflas junto con una bata color rojo carmesí de recién levantado, camino hacia la ventana y observo por ella el amanecer, el sol se veía como una yema de huevo, bastante hermoso.

Eso hizo que deku ignorara por un momento la idea de que no se encontraba con su familia, vaya que extrañaba el sonido de su madre preparando chocolate caliente mientras se quejaba de sus dolores lumbares.

Aquel recuerdo le causó nostalgia haciendo que volviera a ese estado de desánimo que mantuvo durante su llegada.

Una pequeña lágrima cruzo su mejilla hasta caer por el filo de su barbilla y así una tras otra.
Lloriqueos ahogados se esparcieron  pon el lugar hasta que tocaron la puerta interrumpiendo nuevamente los llantos del pecoso.

—¿Quien será tan temprano— pensó.
¿Quien es?.

— tsuyu ¿Puedo pasar?.

—o-oh...si, adelante.

— buenos días Midoriya-san ¿Cómo amaneció?— cerró la puerta.

— bien...—las lágrimas comenzaron a brotar de nuevo.
Oh, que vergüenza que me veas en este estado, perdón.

— oh, Midoriya-san ¿Es por lo del joven bakugo?.

— uhmm...si, en realidad solo quiero irme ¿No podrías ayudarme con eso?.

— se que soy su mano derecha pero no tengo permitido hacer eso, vera...tengo instrucciones, si bien puede confiar en mí pero hay ciertas cosas que no tengo permitidas acatar cómo lo que me está pidiendo ahora o por lo menos mientras que katsuki no asuma el trono, mil disculpas.

— tranquila.

— viene para levantarlo pero veo que se  adelantó kiro kiro, el desayuno está listo, bakugo-san lo está esperando abajo.

— no bajaré.

—pero el príncipe se molestará y créame no quiere que sé enoje tan temprano.

— no me importa, no bajaré a comer

— entiendo, le avisaré al joven— salió de la habitación lentamente.

El sol se encontraba en su máximo punto, la hora de la boda se aproximaba cada vez más creando inseguridad en Midoriya, su mente estaba revuelta, tenía que buscar la forma de escapar antes de unirse a kacchan cosa que fue en vano.

Antes de percatarse ya estaba tsuyu nuevamente en la puerta pidiendo la autorización para pasar y comenzar con los preparativos.

Una vez listo izuku se miró frente al espejo, no aceptaba el verse así, para el se veía como un idiota con todos esos adornos, joyas, piedras y demás lujos.
Tenía una diadema aún más cargada que la de anoche, un traje de color azul con una abertura entre sus brazos que iba desde su hombro hasta su muñeca, los pantalones eran estilo árabe, de el colgaban algunas cadenas de oro con incrustaciones de diamantes.
Portaba una capa hecha de la misma tela pero en la parte de los hombros tenía pelo de zorro al igual que el final de la tela.

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⏰ Última actualización: Dec 07, 2021 ⏰

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