La noche eterna (Único)

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La noche es tranquila

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La noche es tranquila. Funciona como un consuelo para ambos amantes.

Durante el día las responsabilidades los aquejan, los carcomen y los asfixian. Nunca lo suficientemente buenos, nunca lo suficientemente rápidos, nunca lo suficientemente amados y reconocidos. En la noche, ambos se acurrucan en los brazos del otro, dejan caer sus armaduras metafóricas y literales y se envuelven en un abrazo. Los corredores del castillo Vainilla han sido testigos de sus besos a la luz de la luna carmesí. Las estatuas les sonríen con pena pues saben que cuando llegue el amanecer los dos amantes tendrán que separarse y fingir que no se aman. Todo con tal de proteger algo tan hermoso y especial, algo tan etéreo que solo ellos son capaces de comprender.

Bajo la luz de la luna y con las sábanas de lino fino que alguna vez arroparon a un rey, Licorice observa a Dark Choco. Con sus dedos de rama vieja traza las facciones del príncipe. Admira los labios exquisitos y la nariz de gancho como si fuera el primer amanecer que ha visto en su vida. Se deleita con la herida del ojo, pues su mente no es capaz de comprender como una cicatriz de dolor es capaz de brillar en esa cara como la orquídea más hermosa de un jardín. Enreda entre sus falanges los hilos plateados. Muestra de que alguna vez la familia Dark fue besada por la eterna y preciosa nieve. El príncipe descansa entre los brazos del nigromante, pues es su escudo personal. Las pesadillas no pueden atacar en presencia de el hechicero. Es su salvavidas y su protector. Su venda y su espada, el fuego que lo calienta, el agua y el viento que le da vida, y la tierra que lo mantiene firme. Entre sueños de una juventud llena de plenitud y paisajes gélidos, Dark Choco agradece por primera vez en mucho tiempo haber llegado hasta este lugar. Entre sueños de polvo de estrellas y cristal de azúcar agradece todo por lo que pasó para conocer al nigromante.

Licorice Cookie observa la diminuta sonrisa que se pinta en los labios de Dark Choco. Unas inexplicables ganas de besarle poseen su pecho y calientan su estómago, pero se mantiene en la línea a sí mismo. Sabe que si lo besa inevitablemente lo va a despertar y eso llevará a otra ronda de besos y caricias y ya no podrán mantener en silencio su amor. Pomegranate Cookie los escuchará y como la lengua larga que es, irá a contarle a Dark Enchantress Cookie. Y ninguno de los dos quiere eso.

Desean guardar este amor como lo más íntimo e importante para los dos. Pues este amor, inevitablemente los hace mejores personas. Inevitablemente hace que Licorice idee mil y un hechizos e Invocaciones nuevas, hechizos y glifos de protección que tallará en la armadura de Dark Choco antes de que él parta hacia alguna misión. Hechizos de fortaleza para poder acompañarlo en estás misiones si sabe que van a ser demasiado peligrosas. Hechizos de sanación con los que curará sus heridas antes de besarle y pedirle que sea más consciente al momento de pelear. Hechizos de transportación para ir con él cada vez que la soledad y el dolor lo ataque y lo único que quiera es ver su tonta cara hasta quedarse dormido y volverla a ver al despertar, adornada por los primeros rayos de la mañana.

El sueño poco a poco comienza a vencer a Licorice. Sabe que necesita dormir si quiere despertarse antes que todos y acomodar la habitación como si no hubiera pasado nada. Pero quiere quedarse un poco más en ese momento. Si pudiera hacer un bucle de tiempo y encerrarse en ese instante, lo haría. Quedarse en el momento dónde se siente más feliz, dónde se siente eufórico, dónde él y Dark Choco son uno con el universo, fundiéndose en ese bello abrazo. Pero sabe que no puede, que todo debe llegar a su fin. Ya sea está noche, la vida de las flores, el sueño o (lo que más ruega Licorice que nunca se acabe) este amor producto del estrés y la soledad en aquellos corredores. Por más que Dark Choco se empeñe en decir que pertenece a la oscuridad, sabe que no es así y que eventualmente regresará a los bailes elegantes, las charlas refinadas, los torneos y Los planes como regente. La corona con picos será posada en su cabeza y el pasado con las galletas de la oscuridad será borrado de la historia, y Licorice junto con él.

Por eso, en la bruma de la noche, con la luna y las estrellas de testigo, decide aferrarse a este momento. Decide amar como nunca ha amado. Ya no existe una guerra o un lado bueno y malo. Solo existe Licorice y Dark Choco.

 Solo existe Licorice y Dark Choco

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La noche eterna; DarkoriceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora