-CAPÍTULO XXVII-

2.5K 302 129
                                    

𝑵𝒐 𝒆𝒔 𝒋𝒖𝒔𝒕𝒐

Valle de Aosta —Frontera entre Italia y Francia - Suiza(20 de octubre del 2023)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Valle de Aosta —Frontera entre Italia y Francia - Suiza
(20 de octubre del 2023)

𝐀𝐥𝐲𝐚:

—¡Corran, malditas perras!

Mi respiración se hizo más rápida a medida que corría por todo el bosque. Me había caído, golpeado y lastimado, aun así, mis piernas seguían moviéndose por inercia... Mi cuerpo buscaba lo mismo que mi mente, un escape.

—Esp.. Ra.. —Louis, que estaba a unos metros mío, dice algo, pero no logro oírle.

Corro tan rápido, casi llegando a un río. Pero siento el peso de otra persona sobre el mío, cayendo ambos cuesta abajo y rodando hasta llegar a la orilla del mismo río.

—Por los mil demonios... —Susurra cerca de mi oído, por un momento, me invade su calor, y me aferro a su cercanía —Tranquila, estamos bien. 

Cada vez se hace más difícil seguir, así que, me levanto e intento cruzar el río. —Hay que seguir —Pero Louis me detiene, pasando su mano lentamente por el agua, y agarrando algo transparente, lo levanta y me lo muestra.

—Es vidrio, el río está lleno de pedazos de vidrio —resoplo cansada, llevando mis manos a mi cabeza desesperada. No sé cuánto tiempo ha pasado, después tantos días encerrada, es la primera vez que salgo al aire libre y sólo es para una puta cacería. Quería llorar, mis ojos amenazaban con ello... Quería rendirme.

Louis chasquea la lengua y me mira preocupado, dice algo, pero no lo escucho, lo único que escucho es mi corazón latiendo desbocadamente. De nuevo, siento algo cálido rodearme.

—Siento un dejavú —susurra mientras me abraza —, cuando era niño fui esclavo de muchos hombres que formaban parte de la organización de Alcor. De hecho, ya pasé por algo como esto... —Se aleja un poco, pero extrañamente acaricia mi mejilla con dulzura. Ningún hombre, excepto Darius, me había tocado de esta manera, sin un motivo de por medio. Sé que es así, no hay ningún deseo plasmado en su intención —Te prometo que saldremos de este infierno, nadie merece pasar por esto.

—¿Ellos lo saben? —Ladeo la cabeza con curiosidad.

Él sabe de qué hablo, porque sonríe con nostalgia.

—Ellos fueron espectadores de todo lo que me pasó —lleva una mano por su cabello y suspira —, pero al final, me salvaron. Después de muchos años, me dieron una verdadera familia.

Me es raro pensar en Aryx, preocupándose por alguien que no sea él.

Extiende su mano para que la tome. 

Una parte de mí, tiene bastante miedo, un miedo cegador y posesivo. Que me obliga a encerrarme en recuerdos malditos de mi niñez, plasmando momentos en mi mente dónde Darius me abrazaba cuando me despertaba con miedo por las noches; a veces, mi mente se queda en blanco, escuchando sólo una melodía, la que él hacía cuando tocaba el piano.

NUESTRA CONDENA © COMPLETA / EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora