𝟎𝟎𝟏 ~ 𝐳𝐨𝐫𝐚

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2:00 am. Zora siempre salía de su cama a las 2:00 am. Todos los días.

La chica Greenhart odiaba dejar la comodidad y calor que un par de sabanas podría proveer, pero siempre las abandonaba a las 2:00 am. para salir de su habitación y bajar a la sala. Pero ese día, en el que se topó con la familiar oscuridad del pasillo del piso superior, escuchó un pequeño ruido irrumpir la tranquilidad de la noche. Caminó y se acercó a la primera puerta que mostraba e pasillo, la cual se encontraba entre abierta; sus ojos captaron la figura durmiente de su padre en el colchón, roncando.

Zora suspiró.

2:45 am. la hora en la que solía llegar John Greenhart a casa. Esa noche debió salir antes.

A pesar de sentir la decepción de no poder hablar con su padre ese día, Zora no se movió de su lugar; encontraba algo relajante ver a su padre durmiendo, demostrando la calma que no solía expresar cuando estaba despierto.

El hogar Greenhart ha sido testigo de muchas cosas, fiestas, caos, tristezas, entre otras. Pero algo que prevalecía constantemente era el silencio, parecido al silencio que invadía la casa esa misma noche. Era un silencio que enfriaba cualquier estado de animo, incluyendo el de Zora. Pero uno al que ya estaba acostumbrada; era el silencio el que la despedía al dormir, y el mismo silencio que le daría la bienvenida al despertar.

Pero Zora no contó que después de irse a dormir esa noche, esa silenciosa noche, despertaría primordialmente por el exceso de calor en su estomago.

Al abrir los ojos, su techo la saludó, mostrando las diferentes anotaciones en plumón rosa que solía hacer. Y después, sus ojos se dirigieron a la molestia en su estomago, resultando ser la cabeza de quien se hacia llamar su mejor amigo, este observando tal y como ella había hecho, las notas en el techo.

—Te estas volviendo loca. —soltó Tony Stonem, sin poder despegar su vista de las formulas en rosa. La física era un "pasatiempo" que había atrapado a la rubia a una corta edad, afectando más que nada a su habitación; era un extraño balance entre el caos y el orden, podías encontrar más anotaciones como las del techo en la base de la cama, detrás de la cómoda, en las esquinas de las paredes, en las puertas de su armario, todas hechas con el mismo plumón rosado.

Pero si ignorabas ese pequeño detalle, solo podías apreciar la estirada organización que el cuarto tenía; evitaba las fotografías, en su lugar tenía pinturas en colores brillantes; su librero acomodado por colores, su escritorio completamente despejado. A Tony le agradaba.

—Si eso me lleva lejos de aquí, lo acepto. —le respondió la rubia, pasando sus dedos por los cabellos del pelinegro.

Tony tragó.

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⏰ Última actualización: Feb 25, 2022 ⏰

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𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 | 𝐬𝐤𝐢𝐧𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora