Pequeño Capricho

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Antes que nada, quiero decirte que de todas las personas que me han roto el corazón fui yo quien más lo lastimo

Eran las cuatro de la mañana si bien recuerdo cuando me fui a dormir, no conocía a muchas personas nuevas, durante el encierro y durante mi propia cuarentena del corazón no quería empezar enamorándome si sabía cómo iba a terminar, lo gracioso fue que no dure ni una semana cuando a través de la pantalla puse mis ojos en él, me parecía ridículamente bonito y encantador y creí que él pensaba lo mismo que yo, pero bueno así pasan las cosas ¿No? Si hubiera funcionado no habría un corazón roto y por ende no habría ningún libro.

Fueron como 9 semanas las que intente conectar y al mismo tiempo resistirme, al final no pude hacerlo, me declare ridículamente como suelo hacerlo por medio de palabras y al parecer estábamos conociéndonos. Algo muy gracioso es que siempre súper que no iba a funcionar, la pandemia, la distancia, mi clara confusión que no vi y claro incluyamos su falta de conexión o compromiso con cinco personas más en su galería.

Algo muy gracioso es como cuando una no quiere ver algo o quiere convencerse de que se está enamorando para no estar sola, cae con la misma piedra, esta me resultaba familiar pero no era igual, tenían un color y un aroma familiar pero no se parecían más allá de eso. Me convencí una y otra vez, creí que sería mi alma gemela, lo sé es una estupidez, con el tiempo aprendí que eso no existe y no de una forma triste, más bien de una forma bonita, las almas gemelas no existen a veces las personas de acoplan a nuestras vidas y existen millones de personas que se acoplarían de esa y mil formas intensas y preciosas en la vida de uno llegando de diferentes formas y en diferentes tiempos, suena muy romántico creer que existe una mitad de uno mismo pero no lo es tanto, nosotros somos individuos que conectan con otros, no estamos para otros, ni otros están para nosotros , estamos para vivir por cada uno sin importar cuantas personas entren y salgan de nuestras vidas.

Claro que no me costó mucho tiempo dejar de estar encaprichada porque eso era lo que era el para mí, un capricho y tuve que darme duro contra la pared para descubrirlo. Era como un plan, como todo lo que él hacía, un plan meticulosamente perfecto, un plan de vida, un plan de amor, un plan del plan. Siempre con aspiraciones gigantes y fantasiosas que me llamaron la atención en un principio, pero creo que faltaron alas o falto un ancla para tenerlo cerca. Así que al terminar y después de tragar mi molestia escribir, escribí a mi capricho.

Fue hasta mucho después que descubrí que no te quería.

que éramos muy diferentes

Yo, una romántica empedernida

Tú, un extremista a lo pesimista

ambos amábamos hablar, pero tú hablabas de ti y yo...

Quería contarte más de mi

Tú, buscas que solo te acompañen cuando algo te duele

Yo, solo quería que me abrazaran fuerte y me dijeran las palabras correctas

tu amabas estar triste

Yo...

odiaba sentirme así todas las noches...

Juro que lo intenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora