Mila Becker estaba segura de que su familia era grande e impactante para todo aquel que no estuviera acostumbrado a las multitudes. Era común que todas las personas que los conocían por primera vez se sorprendieran al conocer la magnitud de personas que formaban parte de ese cúmulo familiar que no era extraño para ella. Habían crecido juntos y resultaban ser bastante intimidante, pero también podía ser un apoyo incalculable. Era de esa forma que ella prefería verlo, porque de lo contrario nunca regresaría a su casa ya que, en ocasiones las razones no eran suficientes.
Era fin de semana, por lo que cualquier otra persona estaría haciendo planes para salir con amigos, mientras que ese sábado ella tenía que asistir una fiesta de cumpleaños para una de sus primas, era una de sus familiares favoritos por lo que no consideró escapar. Se levantó de la cama, el lugar donde había pasado todo el día descansando y se metió a la ducha sin pensarlo demasiado, usó el champú en su pelo con fuerza para luego salir del cubículo que se había llenado de vapor por el agua caliente. En un suspiro se vistió con algo sencillo, se colocó algo de maquillaje y tomando su bolso salió del departamento.
-¿Noche de chicas?- Le preguntó una voz masculina mientras caminaba por el pasillo al ascensor.
-Como si fuera a decirte a donde voy, Nate- replicó ella con fastidio -cometí ese error una vez, no se repetirá.
-Oh, vamos Mila- siguió el con una risa falsa -sabes que estaba borracho ese día.
-Incluso aunque estuvieras borracho- dijo ella luego de presionar el botón del ascensor -tú y yo es algo que se da una vez en la vida, un error común. No va a volver a pasar, deberías entenderlo y dejarlo ir. No seas un acosador.
-No soy un acosador- negó él por enésima vez -me dijiste a donde ibas esa noche y yo me lo tomé como una invitación, es todo. Además, aceptaste los tragos que te invité, así como muchas otras cosas que sucedieron entre nosotros, que fueron consensuadas.
-Y desde ese día no dejas de molestar- afirmó ella subiendo al ascensor por fin -no creo que sea una coincidencia que cada vez que abro la puerta de mi departamento estés aquí. Eres un acosador, tienes suerte de que no llame a la policía.
Las puertas metálicas por fin se cerraron y ella suspiró, su vecino era una espina es su costado desde esa primera noche en la que habían hablado. Ella había sido inocente al comentarle lo que haría creyendo que se trataba de una conversación común, esa idea se había terminado en el momento en que su mirada se había conectado con la de él unas horas más tarde en el bar donde acostumbraba a tomar con sus amigas. Se había dejado llevar por sus palabras pensando que era un encuentro casual hasta que comprendió que él la había seguido.
Luego de eso nunca más le había hablado de sus planes, incluso aunque él insistía. Tenía suerte de que lo considerara inofensivo porque de lo contrario habría llamado a la policía hace mucho tiempo, todavía le daba algo de miedo lo que había sucedido entre ellos. Bajó hasta el estacionamiento y se subió a su auto, condujo por las calles mirando la actividad de la noche hasta que se detuvo frente a la casa de sus padres. Muchos de los autos allí los reconocía como familiares, ella tomó aire unos minutos antes de bajarse. Amaba a su familia, pero muchas veces podían ser demasiado.
Se dirigió entonces a la entrada de la casa, que por ser una de las más grandes en la familia, era donde se hacían las reuniones. No entendía como su madre siempre estaba dispuesta a recibir a un montón de personas en su hogar, pero la hacía feliz por lo que no decía una sola palabra. Entró en el lugar que había sido su hogar por muchos años y comenzó el recorrido de saludos que normalmente era demasiado largo para terminar.
-Mi cielo, ya llegaste- dijo su madre con una sonrisa al entrar en la cocina -¿crees que puedas ayudarnos un rato?
Ella saludó a sus tías allí y luego asintió. Era común que le pidieran ayuda al llegar, no todo el mundo ayudaba a hacer las cosas.
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Dí que eres mía [COMPLETA] ✓
Romance¡Atención! Esta novela posee contenido de: -Escenas sexuales descriptivas en diversos géneros. -BDSM -Conductas y enfermedades fuertes. -Lenguaje soez. Mila piensa en su trabajo y en nada más. Su familia cree que es aburrida, pero ella guarda un esp...