Capítulo VII: Baby on the way.

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Sia;

Mi cuerpo se siente extremadamente pesado, el simple hecho de abrir los se me dificulta bastante, aun así, consigo abrirlos. Me tomo el tiempo de detallar el sitio en el que me encuentro, ¿por qué estoy en un hospital? No fue muy difícil darse cuenta de que me encuentro en uno, ya que el color blanco de las paredes, la bata que llevo puesta y el olor a alcohol son una prueba irrefutable de ello. ¿Cómo llegue aquí? Intento incorporarme en la cama, pero me encuentro realmente mareada, dejo escapar un suspiro y masajeo mis sienes, buscando aclarar mi mente. Recuerdo que me encontraba en la casa de James en una fiesta de bienvenida que sus padres le habían hecho a su hermano mayor, el cual había estado lejos de casa por años, también que James me pidió matrimonio y tengo la certeza de que no fue un sueño por le hermoso anillo de diamantes que tengo en mi dedo anula. Como si de una película se tratara, mi mente emite los últimos minutos de consciencia que tuve antes de desmayarme; mis ojos se abren con sorpresa, mi cuerpo entero tiemble presa del miedo y la confusión. No me sorprende para nada mi desmayo, fue tanta mi impresión al saber que el desconocido del Hell era nada más y nada menos que el hermano del hombre que acababa de pedirme matrimonio.

La puerta de la habitación se abre, dejándome ver a un sonriente James. Lo observo con el ceño fruncido, ¿por qué está irradiando felicidad? Mi papá y mamá están hablando con el doctor y mi hermana me observa con cara de que acaba de fallecer alguien. ¿Qué está ocurriendo?

—¿Por qué no me lo habías dicho, mi amor? ¿Tenías miedo acaso? Pues de ser así, ya puede ir desapareciendo porque es la mejor noticia que he recibido en mi vida. Amaré vivir esto contigo. —Musita James con extrema alegría mientras reparte besos por todo mi rostro. ¿De qué habla? ¿Qué se supone que debería haberle contado? Dudo mucho que se trate de su hermano, ya que, de ser así, no estaría para nada feliz. Tanto mi madre como Siena entran a la habitación, dejando a mi padre hablar a solas con el doctor de algo que parece tenerlo realmente contento.

—De más está decirte que te apoyaremos en todo, no te faltará nada. —agrega mamá, aumentando más mi confusión con sus palabras. ¿Será que estoy pasando un detalle por alto? Fuerzo a mi mente a pensar, miro a mi hermana con la esperanza de que ella me saque de mi confusión; pero no obtengo nada de ella, dado que desvía la mirada en pocos segundos.

—Felicidades, cariño, aunque es algo que no me esperaba y hubiera preferido que tardaras unos años más; estoy realmente feliz por ti. Esta vez no cometeré los mismos errores y seré un gran abuelo. —asegura mi progenitor, haciéndome saber lo que estaba pasando. ¿Abuelo? ¿Esta vez actuaría diferente? ¿A qué se refiere? Esperen... ¿Cómo es posible que yo esté embarazada? Yo y James siempre nos cuidábamos, además tuve mi período hace más un mes y... Como si de un balde de agua fría se tratase, la realidad me golpea con violencia, las manos y el cuerpo entero me tiembla; mi vista se empaña por las lágrimas que comienzan a bajar por mis mejillas.

—Estoy embarazada...—digo casi en un susurro, niego tantas veces como es posible. ¿No existirá la posibilidad de que el diagnóstico sea erróneo? James me rodea en un abrazo y me susurra que todo estará bien y que él jamás me dejará sola. ¿Cómo le digo que el bebé que espero no es suyo? Peor aún, ¿de qué forma le puedo explicar que el bebé por el que irradia felicidad es de su hermano?

El médico se ve obligado a suministrarme un calmante lo suficientemente fuerte para que me relajara, pero no tanto como para dormirme; por petición del doctor me dejaron sola en la habitación, lo cual agradecí. Mi mente explotaría en cualquier momento, y no es para menos. Estoy metida en un lio, además, no estaba entre mis planes ser madre ahora y aunque creo que el aborto es algo cruel, podría ser una solución a todos mis problemas. De no haber bebé, no tendría que contarle nada a James y... ¡Pero en qué estoy pensando por Dios! Estoy hablando de una vida, una vida que crece dentro de mí y que no tiene la culpa de nada. Por primera vez en mi existencia, no tengo la menor idea de qué debo hacer. Si interrumpo el embarazo, jamás podría perdonármelo; pero si no lo hago, mi vida sería muy diferente a como la tenía planeada. Salgo de cama y comienzo a caminar por la habitación como desquiciada, ¿qué hago? El doctor y una enfermera interrumpen mi debate interno al entrar en la habitación con una máquina de ultrasonido; detrás de ellos entran James, mis padres y Siena, logrando con ello que me sienta asfixiada.

—Es hora de ver a ese bebé. —informa el médico y asiento, a pesar de mi debate interno y que todo mi cuerpo tiemble como gelatina. El médico dijo que como tengo pocas semanas debe realizarme un ultrasonido transvaginal, y de esa forma tendríamos una mejor vista del bebé; el cual posiblemente tenga el tamaño de un frijol. Es algo incómodo este tipo de procedimiento de por sí, pero la presencia de mis padres y James lo hace muchísimo peor; aun así, no digo nada.

El médico señala una pequeña mancha en el monitor y asegura que ese es el bebé. Una lágrima desciende por mi mejilla, también nos dice que dentro de unas semanas podremos escuchar su corazón. Todo marchaba aparentemente bien, hasta que una expresión que no pude descifrar se hizo presente en el rostro del doctor.

—¿Ocurre algo? —pregunta Christopher con cierta preocupación, yo sujeto la mano de James por inercia y este me regala una sonrisa. ¿De qué forma le digo la verdad sin hacerlo pedazos?

—No, al contrario, ya decía yo que presentaba un saco gestacional demasiado grande...—responde el moreno, Siena palidece, mi mamá deja escapar un par de lágrimas y mi padre parece ser el único además de James y yo que no entiende lo que quiso decir.

—¿Eso quiere decir...?

—Muchas felicidades, señorita White, está usted esperando mellizos. —informa y ahora sí siento que puedo sufrir un infarto en el momento menos pensado. ¿Dos bebés? ¡¿Tendré dos bebés del hermano de mi prometido?! Miles de mujeres desearían estar en mi lugar ahora mismo y quizás yo estuviera feliz si los bebés fueran de James; pero ni siquiera existe una mínima posibilidad de que así sea.

....

Mi mente se encuentra sumida con millones de preguntas que me hago, mientras noto que James me observa de soslayo, y apuesto que, si no estuviera conduciendo, la intensidad de su mirada me orillaría a confesárselo todo y aunque sé que debo hacerlo, no puedo; al menos no todavía. Que me llamen egoísta, pero ¿qué harían ustedes en mis zapatos? Doy leves caricias en mi plano abdomen y al notar ese acto inconsciente, hasta yo misma me sorprendo. La residencia de la universidad se hace visible para mí. Mi madre me pidió que me quedara con ella, aun así, me negué; ella solo me atormentaría más. Salgo del auto y agradezco la ráfaga de aire que me golpea el rostro.

—¿Todo bien? —pregunta James y asiento, lo único que deseo ahora es mi cama y almohada para intentar descansar; y digo intentar porque con todo esto que me pasó y que parece surrealista, dormir, no es una opción.

—Buenas noches.

Con esas simples palabras me despido de James, camino con rapidez, impidiéndole que añada algo. Entro a mi habitación y expulso todo el aire que estaba reteniendo hasta ese momento. Soy recibida por una despeinada y ojerosa Jenny, camino hasta ella y la abrazo. Según mamá, ella fue a verme, pero al encontrarme inconsciente, no había razón para que se quedara. Una vez me encuentro lista comienzo a contarle lo que sucedió en la fiesta.

—Madre mía...—musita, dejándome ver una expresión de sorpresa total. ¿Quién no se sorprendería? Yo misma todavía tengo la esperanza de que todo esto sea una pesadilla de la cual voy a despertar muy pronto.

—Y eso no es lo peor. —le hago saber, ya le conté que James me pidió matrimonio y que su hermano mayor resultó ser el desconocido con el que terminé pasando la noche; pero todavía falta la peor parte.

—¿Qué puede ser peor que acostarte con el hermano de tu novio? —cuestiona con una ceja enarcada y los brazos cruzados, dejo escapar un suspiro y antes de ahogarme con las palabras, digo:

—Quedar embarazada de él.

—¡¿Estás embarazada?! —exclama a la vez que se levanta abruptamente de la cama.

—No, solo tengo a un ser vivo creciendo en mi vientre.

Sia... [Libro #1] [Saga bebé] +18✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora