Sia... [Libro #1] [Saga bebé] +18✔

Capítulo VIII: Once again in front of him (Part 1)

Sia;

—Más bien dos. —aclaro y ella se pasa las manos por la cara, mientras abre y cierra la boca, he de suponer que no sabe que decirme.

—Dos...—susurra dejándome ver su conmoción, sí, esto que me está pasando no es algo que le ocurra ni siquiera al 50% de la población, y no, no hablo de quedar embarazada por una noche de sexo con un desconocido; hablo del hecho de que ya sea por causalidad o mala suerte, dicho desconocido resultó ser el cuñado que no veía hace años. Dejo escapar un suspiro cargado de frustración y Jenny me regala una sonrisa; supongo sea un intento por animarme, fallido, claro está; ya que, en estos momentos, nada puede animarme.

—¿James lo sabe? —pregunta y hago una mueca, el tema no es de mi agrado en lo absoluto. Desde que supe la noticia no he parado de pensar en cómo debo decírselo y por más que fuerzo a mi mente para idear la manera menos dolorosa y cruel; simplemente no logro hallar ninguna en la que él no termine sufriendo por mi causa. Jamás hubiera estado con Elijah de saber que era hermano de James, yo en verdad lo quiero, y de haber sido de mi conocimiento que Elijah es su hermano, nunca hubiese intimado con él. Por otra parte, mientras más tiempo pase, la situación se va complicando más, pues después no solo quedará como un cornudo—que no es el caso, ya que nos encontrábamos separados cuando ocurrió el acto—, sino como un imbécil por pedirle matrimonio a la chica que espera dos hijos de su hermano mayor.

—No, todavía no he tenido el valor. —me limito a decir, ¿cómo puedo dejar mi cobardía de lado? Masajeo mis sienes, al parecer de tanto forzar mi mente, el dolor de cabeza se hace presente con más fuerza a cada segundo que pasa.

—Ahora mismo no quisiera estar en tus zapatos, Sia, esto sobrepasaría a cualquiera. Sé que no es momento para esta pregunta, pero... ¿Piensas contarle al verdadero padre que la noche de pasión tuvo dos consecuencias? —cuestiona y niego más de una vez. ¿Contarle a Elijah? En ningún momento desde que me enteré tuve siquiera el pensamiento de contarle que espero dos bebés suyos. Sé que estoy siendo egoísta porque a pesar de que fue solo sexo sin compromiso, son casi tan suyos como míos. ¿Míos? Sí, lo son, como ya dije anteriormente, no tenía pensando embarazarme sin cumplir primero con mis aspiraciones laborales; pero tampoco pienso agregarle más drama a mi vida, no seré ni la primera, ni la última en ser madre y estudiante a la vez.
Después de hablar por más cuatro horas, decidimos que lo mejor era irnos a descansar, ¿resolvería algo quedarme despierta toda la noche? No, no lo haría; pero lastimosamente, y a pesar de saberlo, no conseguí pegar un ojo en toda la noche. Al día siguiente, no era precisamente la imagen de la perfección, aun así, no podía darme el lujo de no asistir a clases. Coloco por un segundo mi cabeza sobre la mesa y...

—Señorita White...

Escucho la voz del profesor Hardin entre sueños, me muevo un poco, no recordaba que mi almohada fuera tan incómoda. De repente y como si de un balde de agua fría se tratase, recuerdo que no estoy en la comodidad de mi habitación, mucho menos con la cabeza sobre mi almohada, sino en el salón de clases con todas las miradas sobre mí; incluyendo la del profesor. Me enderezo en la silla y limpio la baba que tenía en mi mejilla derecha. No culpo a mi cuerpo por sentirme tan casada, ya que no es para menos. La desaprobación en la mirada del profesor Hardin es más que evidente y no consigo evitar que la vergüenza y pena sean notables en mis mejillas, las cuales seguramente pueden ser comparadas con unos tomates ahora mismo.

—Lo siento mucho, no volverá a ocurrir. —me disculpo y después de un leve asentimiento continúa con la clase. Siendo completamente sincera, no estoy prestándole la más mínima atención. Siento que la cabeza me va a explotar en cualquier momento. El timbre suena y en mi mente hice el baile de la victoria porque al fin la tortura había terminado. Amo dar clases con el profesor Hardin, pues es todo un profesional y ha formado a grandes empresarios, entre ellos se encuentra Elijah.