Decidí alejarme de todo por una semana, darme vacaciones de todo y de todos. No saber qué pasaba afuera. Decidí alejarme de la soledad del mundo que me rodea, que aunque está ahí en realidad no hay nada, el mundo que me hace sentir de pronto vacía y de pronto a punto de estallar.
Una semana de vacaciones no le cae mal a nadie.
Y sí, te he extrañado, pero esta semanita me encontré con mis sentimientos, con mis miedos. He platicado con los demonios y me ayudaron a sacar conclusiones...
He divagado mucho, he analizado, reflexionado. He hecho de todo esta semana...de todo menos llorar. Hace mucho que no lloro y la verdad es que no tengo ganas. Prefiero sonreír al recordar, prefiero reírme...
En fin, aun me quedan unos días de esta semana. Todavía tengo en que pensar, todavía hay problemas que resolver y elecciones por tomar...