𝐂𝐡𝐢𝐜𝐥𝐞 𝐝𝐞 𝐁𝐚𝐧𝐚𝐧𝐚

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Un nuevo día se hacia notar en la casa Madrigal, cada uno de sus integrantes amanecia con un buen humor, habían dormido muy bien.

Todos salieron de sus cuartos al mismo tiempo luego de quitarse los pijamas y cambiarse adecuadamente. Bruno caminaba de forma tranquila para bajar al comedor, saludando a la Casita y dandole palmaditas en las losas de la pared deseándole un feliz día.

Todo iba tranquilo, hasta que un rayo amarillo paso corriendo por al lado de Felix y Pepa, solo para posteriormente sentir algo aferrarse a una de sus manos. Era una manita pequeña.

—Cami, buenos días.

—¡Buenos días Tío Bruno!—sonrio el pequeño con su sonrisa a la que le faltaba un diente—¿Hoy haras el desayuno? ¡Hoy te toca, te toca hacer el desayuno! Yo quiero comer el desayuno que haces.

Bruno se río un poco—Hoy le toca a tu madre, mi turno fue la semana pasada ¿Recuerdas?.

El pequeño niño de apenas cuatro años solo pudo inflar sus mejillas, con una expresion triste en sus ojitos—¡Pero a mama se le quema la comida siempre y tenemos que esperar mucho!

Bruno miro hacia atrás, encontrándose con una nube formándose encima de la cabeza de Pepa, le habia indignado lo que su propio hijo había dicho—Umm...Cami no digas eso, puede que a Pepa se le queme seguido la comida pero la segunda vez que lo hace siempre sabe bien ¿No?.

Camilo solo miro fijo a su tío un rato, antes de asentir, esto apaciguó las nubes en la cabeza de Pepa y miro con una sonrisa a su hermano.

Mientras Casita ayudaba a Luisa a poner la mesa, Camilo se sentaba al lado de Bruno y al ver que aun estaban algo separados, movió la silla un poco mas cerca y sonrió satisfecho. Mientras esperaban a que Pepa hiciera la comida, con algo de ayuda de Julieta, Camilo era mimado por su tío.

—La próxima vez peinate al levantarte, Cami, tienes todo el cabello enredado —se río Bruno dandole caricias a su sobrino en su desaliñada melena, desenrredando sus mechones cruzados.

—¡Ño! Me gusta cuando me lo desenredas y peinas tu, tío.

—Siempre es un gusto ver lo unidos que son ustedes dos—se río bajo la abuela mirando divertida a su nieto e hijo actuando tan dulcemente el uno con el otro. Bruno se sonrojo un poco, y pudo oir a su lado a Felix bufar.

Camilo amaba a sus papas, pero siempre había parecido que a su corta edad, ya había decidido quien de la familia era su favorito. Y le daba algo de celos que su hijo no lo hubiese elegido a el, si no al hermano de su amada Pepa.

Felix no odiaba a Bruno, pero le molestaba que cuando el aparecía, su pequeño hijo saliese corriendo a buscarlo. La semana pasada el estaba jugando con Camilo, pasando tiempo de calidad padre e hijo, pero apenas Bruno volvió del mercado ¡Camilo desaparecio, pasó toda la tarde aferrado a su pierna!.

—¡Es que yo quiero mucho a tío Bruno!—Camilo se abrazo a Bruno por su cuello y se acurrucó, riendo y frotando una de su mejillas con una de las de su tio.

—Yo también te quiero, Cami—se río Bruno abrazando a su sobrino, mirando de reojo a Felix con una cara que decia lo siento.

🌺 𝙴𝚕 𝙲𝚊𝚖𝚊𝚕𝚎𝚘𝚗 𝚢 𝙴𝚕 𝚁𝚊𝚝𝚘𝚗 ||𝗘𝗻𝗰𝗮𝗻𝘁𝗼 𝗢𝗻𝗲-𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora