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Parte dos
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Todo comenzó una tranquila mañana como cualquier otra.
Naruto se dio vuelta entre las sábanas y sonrió todavía adormilado cuando un brazo le rodeó la cintura y labios besaron su hombro.
Ah, dulce, dulce domingo.
Si bien era cierto que él no tenía un horario fijo como su esposo, por trabajar independiente, normalmente solía tener el último día de la semana libre o, en cualquier caso, si tenía trabajo podía realizarlo en las tardes. Esto le daba la oportunidad de remolonear en la cama con su alfa un poco más, sin las molestas alarmas que le avisaban al pelinegro que debía levantarse para ir a la empresa.
Claro que Sasuke solía despertar temprano incluso teniendo el día libre, el muy estricto, pero al menos le daba el chance de acurrucarse un rato juntos, como ahora. Sabía que, cuanto mucho, su compañero se levantaría de la cama en unos quince minutos más, considerando que él estaba acostumbrado a despertar a las cinco de la mañana y ya debían ser poco más de las seis.
En serio, ¿tanto le costaba quedarse y dormir hasta las ocho, al menos?
En fin...
En todo caso, la primera pista que Naruto debió haber identificado fue el peculiar comportamiento de su alfa esa mañana.
La nariz que rozaba su nuca con suavidad se detuvo, al igual que todo el cuerpo del contrario se puso tenso. El rubio no le puso mucha mente a esto, seguía más dormido que despierto, después de todo. Sin embargo, frunció el ceño cuando sintió el cuerpo detrás de él alzarse ligeramente mientras su pareja olfateaba con insistencia su cuello.
— ¿Qué te traes? —masculló, ligeramente irritado al ver sus minutos de arrumacos interrumpidos.
—Hueles diferente. —fue la respuesta que obtuvo, la voz de su marido aún rasposa por el sueño.
Dicha contestación le hizo fruncir más el ceño, todavía sin abrir los ojos.
—Sí me bañé ayer. —musitó enfurruñado, enterrando su rostro en la almohada. Luego exclamó una queja al sentir un pinchazo en la cadera.
—Si fuera eso te hubiera dicho directamente que apestas. —dijo contra su piel, su nariz todavía inspeccionándolo.
— ¿Entonces qué es? —se giró hacia él entreabriendo sus párpados, buscando esos ojos negros y profundos que hacía muchos años lo habían enamorado.
No recibió una respuesta inmediata, sino que Sasuke deslizó la punta de su nariz desde la base de su cuello hasta su mentón. La mano que le había pellizcado la cadera se deslizó hasta su abdomen y acarició con delicadeza.
—Nada. —contestó al final. —Hueles bien.
La sonrisa en el rostro de Sasuke tuvo que haber sido una segunda señal pero, cuando unos labios se apoderaron de los suyos por primera vez en el día, todo lo relacionado a algún pensamiento desapareció de su mente.
-.-.-.-
— ¿Un contrato por seis meses, dices? —preguntó un curioso Naruto, dándole una mordida a su tostada mientras apoyaba un brazo en la mesa, interesado en lo que Sasuke fuera a decirle.
—Hm. —murmuró este, dándole un sorbo a su café y dejándolo a un lado. —Necesitaremos un consultor con experiencia para el nuevo proyecto y, como conozco tu trabajo y tu desempeño, podrías ocupar el puesto. Además, así me libraría de entrevistar a un montón de inútiles.
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Señora Uchiha
FanfictionSakura, Ino, Kiba y Shikamaru vivían atormentados por su jefe, Uchiha Sasuke, un alfa severo y sumamente estricto que mantenía a raya a sus subordinados. Solían preguntarse si sería igual de invivible en su hogar, y si habría alguien capaz de soport...