Romperemos todos los límites con este negativo sentimiento, el odio.
¿Alguna vez sentiste el verdadero odio? Hacia una persona, una cosa o algo ficticio.
Alrededor de nuestra vida, creemos odiar todo lo que no soportamos, lo que nos disgusta o nos hace sentir esa incomodidad que nos deja un mal sabor de boca.
¿Es este el verdadero odio?
Quizá te ha disgustado algo hasta el punto que crees odiarlo, pero a la vez, sabes perfectamente que ese pensamiento no es lo suficientemente fuerte para sentir el verdadero odio.
O al contrario, odias tanto algo inconscientemente que tratas de quitar ese pensamiento, tachando lo como que solo es disgusto o rechazo a algo y que no es lo suficientemente fuerte para que sea odio.Porque está tan normalizado el "odiar" que ya no sabemos realmente qué es el odio.
¿Es solo un pensamiento o va más allá de lo que puedo soportar?
Mucha de nuestra población odia odiar, pero eso es algo tan contradictorio como decir que no amamos nada cuando el amor surge de todo en nuestro alrededor.
Es imposible que no te disguste el odiar. Y aunque intentes aceptarlo, sabes que el odio es algo mucho más fuerte que lo que puedes controlar, te desespera el hecho de que no puedas tener control sobre algo que tu mismo sientes. Te sientes menos, te sientes tan débil ante esto que finges aceptarlo para autoengañarte solo para sentirte satisfecho con tus pensamientos o sentimientos.Al igual que el amor, el odio existe en todas partes, aunque no nos demos cuenta. Porque sabes que en el interior odias tanto algo que te hace desear no haber nacido.
Odiamos todo, a la vez que lo amamos, es algo contradictorio pero a la vez nos hace sentir que todo cuadra si lo vemos desde esa lógica.
Piensa en que odias, o si de verdad lo odias. ¿Te desespera? O ¿Solo prefieres escapar de él?
¡Hola! Soy Vainilla, el escritor de estas oraciones sin sentido.
Espero les guste.
A diferencia del amor, hablar del odio fue un poco más difícil, porque como relaté, es algo tan inconsciente que finges no sentirlo.¡Me despido! La próxima vez hablaré del miedo.
¡Bye bye!