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—Por fin pude terminar la coreografía por la que tanto he trabajado, y- y Sanha también me ayudó y... Quiero que la veas, por favor Bin...—

Moon Bin por supuesto no le respondió. En la habitación de paredes blancas y luces apagadas, lo único que le respondió fue el silencio. Las rosas que estaban en la mesita ahora mismo estaban secas, con un par de pétalos debajo. MinHyuk apretó sus labios y respiró, mordiéndose para no sollozar. Aunque a pesar de todo, lo terminó por hacer.

Las lágrimas salían de sus ojos cafés, mientras se perdían entre sus piernas. Cubrió con sus manos su rostro, intentando secar sus lágrimas, y callar los sollozos, pero no podía hacerlo.

¿Cuántas veces había pasado lo mismo?

Un año y medio. Un año y medio desde que Bin sufrió ese accidente por su culpa, un año y medio dónde la persona con la que había imaginado toda una vida estaba en esa cama sin despertar, sin hacer nada. Sólo, durmiendo hasta que pudiera volver a despertar o que muriera definitivamente.

Muriera.

El sollozo después de pensar eso fue desgarrador.

Se sentía incapaz de poder pensar eso. Moon Bin y él aún tenían cosas que hacer. No habían abierto una academia de baile, ni habían viajado hasta México o Argentina, o quizás China. Aún no habían ido a un lugar de vacaciones en alguna de esas cabañas en las montañas y que Bin deseaba estar, ni ido a la playa como MinHyuk quería para intentar hacer un castillo de arena. Aún no se habían casado, ni habían formado una familia.

Aún no eran viejitos llenos de arrugas y cansancio sosteniendo sus manos mirando fotos de ellos, de sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus mascotas; o viendo algún atardecer. No habían hecho aún eso. Por eso Moon Bin no se podía ir ¿Cierto? Moon Bin debía despertar.

[. . .]


Hyuk, ¿Tú me amarías incluso si no tuviera nada?

Incluso sin nada, siempre te amaría, aquí y hasta el día que ya no estemos en este mundo.

¿Cuál era el límite del amor en una persona? ¿Cuánto podría sufrir solo por una sola? Esas preguntas aún rondaban en su cabeza mientras lloraba en la cama de su departamento después de haber visto un vídeo que tenía con Moon Bin. Tenía varios vídeos de ese estilo en una carpeta en su laptop, desde la vez que fueron a una feria y Bin terminó a nada de llorar por el miedo de la montaña rusa, hasta la vez que aún con la lluvia corrieron mientras se tomaban de las manos, con la cámara en la otra mano de MinHyuk.

Tan sólo si el no hubiera insistido con salir ese día. Tan sólo si hubiese permitido que Bin fuera directo a casa él tal vez estaría ahí con él, riendo mientras veían alguna serie. Ese día MinHyuk había salido tarde de una cafetería, y había llamado a Bin para que lo recogiera y fueran juntos a la casa -en esos instantes, Bin justamente también salió del trabajo temporal en el que estaba-. Por supuesto, él no le dijo que no.

Aún cuando los minutos pasaban MinHyuk no estaba inquieto, porque Bin vendría. Eso hasta que sintió un tirón en su pecho, y una sensación de miedo lo cubrió. Antes de darse cuenta estaba temblando, mientras se sentaba en una banqueta y encogiéndose con el sudor cayendo por su rostro. Sus ojos estaban vidriosos y sollozó.

Una llamada, dos llamadas, tres llamadas sin contestar de Bin. Estaba dispuesto aún en ese estado hablarle una vez más, algo había pasado. Y sin embargo, recibió la llamada de un número que lo hizo asustarse.

—¿Es usted cercano al joven Moon Bin? —.Preguntó la señorita del otro lado de la línea.

—Soy, soy su novio, ¿Qué pasa? —.Contestó con su corazón golpeando su pecho y aguantando las lágrimas.

—Uh, su pareja acaba de sufrir un accidente. Ahora mismo está siendo trasladado a un hospital.

Sí, esa llamada hizo que su vida se detuviera. Cuando llegó corriendo y llorando estuvo en la sala de espera. Las primeras personas en llegar después de él fueron los señores Moon y Sua, preguntándole que pasó y sollozando. Luego fueron Sanha y Dongmin, Myungjun y Jinwoo, EunBi y Seugkwan. Ni siquiera pudo ser capaces de explicarles que pasó, porque el mismo no lo sabía.

Luego de esos días, solo les dijieron que Bin había entrado en un estado de coma, y que sería difícil que pudiera volver; de alguna forma algo también se detuvo dentro de él.

Pero no dejaría de amar a Bin en ese estado. No le importaba estar días en ese hospital, ni comer su comida insípida. No le importaba cortarle sus uñas, ni hacer más que estar sentado a su lado y tomando su mano.

¿Cuántas veces había rezado a Dios para que lo ayudara? ¿Cuántas veces había estado suplicando que si existía algo ayudara a Bin? No lo sabía, pero se aferraba a esas esperanzas.

Una llamada lo interrumpió, así que aún con pasos lentos se acercó a dónde estaba su teléfono y contestó, era la señora Moon.

—Hyuk-.Sollozó, haciendo que se sintiera asustado. —Por favor, ven al hospital...

[. . .]


No estaba seguro de cuentas veces durante ese horrible día había recibido las mismas palabras.

"Lo siento mucho". "Él está en un lugar mejor". "Dios sabe porqué se lo llevó". "Tienes que ser fuerte". "A él no le hubiera gustado verte así".


Sólo supo que cuando por fin había terminado la misa, y empezó el entierro de su cadáver comenzó a sollozar aún estando entre tantas personas. Cuando por fin, terminó todo, algo también dentro de él murió.

La persona que más amaba, esa que nunca dudo de darle la mano en sus peores momentos, esa que lo había ayudado a continuar ahora no estaba con él. La mejor persona del mundo ahora estaba bajo tierra y muerto.

Ahora mismo, estando en la habitación de Bin antes que dejara a sus padres seguía sollozando. No había cambiado mucho esa habitación, solo la sentía más sombría y amarga. Sollozó hasta que no pudo más, mientras pedía perdón.

Suplicaba que le perdonara por haberlo llamado, por no haber podido hacer más. Porque por su culpa ahora estaba muerto y todo lo que él deseó hacer no podría hacerlo, por arruinarle la vida. Incluso cuando el sol se estaba poniendo, sus ojos hicieron el contacto visual con un pequeño pájara amarillo en la ventana; sintiéndose confundido, solo lo observó, unos instantes después simplemente se alejó volando y se perdió entre el cielo naranja y amarillo.

Incluso después de haberse asomado, ya no estaba. Se había ido definitivamente.

Moon Bin había muerto sintiendose culpable. Porque nadie sabía que a pesar de todo, Bin siempre escuchó a MinHyuk, siempre anheló levantarse para consolarlo y decirle que no era su culpa. Supo aquel día que ya no habría más para él, solo pudo pensar en unas disculpas que nunca le llegarían al chico que más amó y lo hizo la persona más feliz del mundo.

Nunca le llegarían sus deseos de hacerle saber que él no era el culpable, y que lo perdonara, que por favor tuviera una vida donde no sufriera por él. Nunca lo haría.

Aquel contacto visual entre MinHyuk y ese pájaro Bin había sido su última mirada.


Y dolía tanto tener que aceptarlo.

[. . .]

Hola <3
Últimamente he estado un poco cansada y triste, tal vez se vea en lo que escribo. Así que solo quería dar gracias a todas las personas que votan, leen y comentan. Me hace feliz saber que les gusta o que les transmite algo 💓.

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