Larry

371 45 105
                                    

Después de llevarle a la niña a Niall, Harry y Louis volvieron a la casa.

Al entrar a casa Harry siente detrás suyo a Louis respirando cerca de su cuello. — Cariño... creo que estoy un poco preocupado. — dijo el rizado.

— Shh... ella estará bien cuidada. — dijo Louis acercándose al cuello de Harry. Dejó unos cortos besos en la piel de éste. — Mierda, eres tan suave.

Harry sonrió. — Te noto un poco ansioso.

— Pequeño, ¿sabes?, nuestro noviazgo nunca tuvo que ser influenciado por el sexo o algo parecido, siempre tuvimos nuestros tiempos, nuestra forma, nos conocimos tan internamente que nosotros mismos elegimos nuestro tiempo. — Louis suspiró y se acercó al oído de Harry. — Pero creo que, si me permites, ahora me gustaría conocerte externamente. Cada parte de tu piel ser recorrida por mí, besar cada rincón como si de eso dependiera.

Harry se dió vuelta y lo miró. — Te lo permito, no hay nada que desee más en estos momentos que el hecho de que me conozcas. — Se acercó a él. — Sos el único que ha logrado dejar una huella en mí internamente, ahora... déjala externamente. — Sonrío.

Louis sonrío con él. Quedó mirándolo unos varios segundos como si de una obra de arte se tratara. — Te ves jodidamente hermoso con el pelo largo. — Rozó su nariz con la de Harry y luego se acercó a su cuello para comenzar a succionar parte de éste.

Su lengua presionaba su piel, causando sensaciones desconocidas en Harry, su respiración comenzaba a ser agitada, tenerlo a Louis en su cuello solo hacia que sus sentimientos estuvieran desordenados, siendo sacudidos por el calor que le proporcionaba la presencia de Louis cerca suyo.

Harry soltó un jadeo cerca de Louis, eso no hizo más que despertar cosas en Louis, haciendo que succione de forma más pasional su cuello para seguir oyendo los suaves jadeos que salían de la boca del rizado.

— L-louis... — dijo Harry entre jadeos mientras sentía como Louis iba succionando partes de su cuello con suma pasión cada vez que lo hacía. Louis presionó su cuerpo contra Harry y aumentó la forma en la que succionaba para dejarle más marcado. — M-mierda... — Harry dió una pausa para calmar su respiración que estaba agitándose de sobre manera. Hasta que pensó en algo que sabía que haría que Louis caiga a sus pies. — Daddy.

Louis oyó ese apodo y sintió unas mariposas chocar en su estómago con aleteos que pareciera que van en contra del viento. Sintió un fuego prenderse en él, casi como si hubiera invocado al mismísimo diablo. Mordió la piel del rizado con suavidad, aunque demostraba en esa mordida lo tanto que le había causado ese apodo.

Siguió succionando otras partes más del cuello hasta que tomó de las caderas a Harry y lo levantó encima de él. Harry rodeó sus piernas en la cadera del ojiazul.

Louis comenzó a besarlo, el sentir los labios del ojiverde sobre los suyos era como estar en el mismo cielo, era increíble como una persona puede hacerte despertar cosas del infierno y a su vez hacerte sentir cosas del cielo, tan perfectamente equilibrado como si de eso se tratara. El equilibrio de lo divino y lo que no.

El beso cada vez se hacía más rápido, sus lenguas se tocaban entre sí, danzando un amor perfecto que se estaba conociendo a través del cuerpo, de los roces.

La rosa estaba conociendo el filo de la daga, pero este filo, no la dañaba.

La daga estaba conociendo los pétalos de la rosa, con sumo cuidado acariciaba cada detalle de ésta.

Se estaban conociendo, cada día para ellos era una aventura de conocerse, es como si nunca se terminarán de conocer a la vez.

Son dos universos conociéndose mutuamente.

Detrás de la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora