Capítulo III

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Fin de semana, debería estar feliz pero no, han pasado dos semanas desde que conocí al hermoso ser y ni siquiera escuche su voz y por ende ni siquiera sé su nombre. Las excusas ya se me acabaron y papá ya se enteró, sin embargo, no me reprocho bastante puesto que me levantaba super temprano (más temprano de lo habitual quiero decir). De cualquier forma le pagará al chofer un poco más para que me lleve al colegio a la hora a la que actualmente me levanto. Es frustrante.

Bueno, hoy sábado tengo el permiso de salir ya que papá y yo acordamos que saldría y no causaría ningún escándalo o algo por el estilo que manchara esta pintura de familia ideal.

Decidí ir al parque y tomar un poco de sol, como todo un abuelo. Muy bien hecho Alberu, fin de semana y no tienes ningún plan.

Sentado en una banca mirando al cielo no dejaba de pensar en ese chico pelirrojo, en cómo sería su voz o su sonrisa o mejor, su risa. Mientras soñaba despierto un pequeño balón cayó en mi frente.

— Pero qué cara...

— Disculpe... — gritó una niña con un fino cabello blanco desde el centro de un área de juego en el parque.

— ¿podría devolverme mi balón? — detrás de ella estaban dos niños; uno con el cabello rojo y el otro con el cabello negro. Tomé su balón y me acerqué a ellos.

Con un suspiro y aburrido de la vida les di su balón. Dicen que la vida es un conjunto de casualidades que conforman tu destino, incluso un accidente puede traerte la casualidad más linda. Ahí estaba él, tendido en el muy bien cortado césped, durmiendo plácidamente. No pude evitar contemplarlo.

— ¡Oiga! ¡Nuestro balón! — grito el niño pelinegro, aparentemente el menor de los tres.

Tenía los audífonos puestos y empezó a sonar la canción "It's been a long, long time" de Harry James. Llámenlo como quieran pero es demasiada coincidencia. De cualquier forma la canción era adecuada a la situación.

— señor! ¡El balón! — volvió a gritar el pequeño niño. Le devolví el balón y apagué la música del celular. Hoy, debe ser hoy, hablaré con el hermoso ser este día.

Me preparé mentalmente mientras me dirigía hacia él, pero tres pequeños me ganaron.

— Humano!! Levántate!! — gritaron los tres niños al unísono, la escena me pareció tierna pero a la vez fue como si alguien me hubiera empujado con gran fuerza hacia un lado. El ángel caído del cielo abrió pesadamente sus ojos y habló.

— ¡Dejen dormir! Y les he dicho muchas veces que no me llamen "humano".

A pesar de su somnolienta voz, os aseguro que era melodiosa, más de lo que hubiera imaginado. Solo hagan este ejercicio, recuerden su canción favorita, ¿Cómo se sintieron? Era indescriptible ¿Verdad? Hay cosas que simplemente no tienen comparación. Pues creo que ahora puedo morir en paz.

— ¡Como quieras! Pero vámonos, nos prometiste un helado.

— El gran y poderoso Raon necesita de helado.

— ¡Helado! ¡Helado!

La escena era muy linda, así que no debo entrometerme. O mejor dicho es la excusa que me di para dar una vuelta y volver a casa. Ya lo veré algún día si el destino así lo quiere.

.... 

Somos grandes y poderos@!!! yeiiii ٩(˘◡˘)۶

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