Mi vida un desastre

19 6 4
                                    

Soy Keyla Weyllands, una periodista extrovertida y un desastre con todo lo que respecta a mi vida, pero te diré un secreto ¡Amo la navidad!

La navidad es mi época favorita del año y esta a un paso de ser caótica, catastrófica y todos los sinónimos de horrible. ¿Por qué?

Recapitulemos

En mi familia acostumbramos a armar el árbol de navidad, el 18 de noviembre. Hacemos un festín de comida donde siempre queda la pancita feliz. Todos los años hay más personitas esenciales en mi vida. Hace 3 años mi hermano mayor Chris trajo a una amiga y aunque es un secreto en la familia, al parecer nuestro árbol de navidad es mágico. Ha enamorado a todos los que vienen a él, excepto a mí. La única soltera de la familia y cada año me siento peor.

No he encontrado al supuesto hombre que me hará suspirar corazones toda la vida. Dicen por allí, que la mayoría de los amores aparecen en diciembre, yo no lo veo así, mejor dicho en vez de aparecer amores, los espanta. ¡Uff me lo van a decir a mí, ni hablar! A otro con ese cuento.

Hace 3 años invite a Pick; un amigo de la universidad, creí que habia chispa, pero en plena cena, los amigos de Pick lo llamaron invitándolo a una fiesta y el susodicho se esfumo.

2 años antes, invite a mi mejor amigo Ian. Por casualidad del destino, le toco colocar la estrella en el árbol junto a mi hermana Lysi. Dice mi familia que el muérdago que colocamos encima del árbol surtió el efecto del amor. Yo digo que eso es ser un amigo bien traicionero, mi mejor amigo ahora es mi cuñado, ironía de la vida. Ian me defendió por años de las peleas con mi hermana dándome siempre la razón y ahora es su esposo, que les puedo decir, supuestamente así es el amor.

El año pasado fui el grinch navideño, este año voy por los mismos pasos versión empeorada. Mis hermanos no podrán venir en navidad, cada quien ya formo su familia y dijeron adiós a casa. Entonces seremos solo mis padres, abuelos y yo, ese día armando el árbol de navidad, también en noche buena y año nuevo. Los amo y adoro con todo mi corazón y no es que no quiera pasar navidad con ellos, solo que también quiero mi cuento de hada navideño.

Estoy en mi oficina de la Revista MoonBlack; lugar donde trabajo, supuestamente redactando un artículo para la revista del especial navideño. ¿el problema? No llevo nada escrito. Mi jefe me asigno la tarea de entrevistar al famoso chico modelo, stripper de la navidad.

Cuando escuche dicha profesión, no lo creía. ¿Stripper de la navidad? Un chico vestido con un mini traje de santa que no oculta nada. ¡Que novedad! Sin duda un avance en el siglo XXI, que más da.

Llevo todo el mes tratando de conseguir la dichosa entrevista, al parecer el modelo de pacotilla, es muy famoso y no tiene ni un mísero segundo de su increíble vida para intercambiar 3 palabras con una periodista que solo quiere cumplir su trabajo.

Mientras tengo mi crisis existencial, escucho el sonido del celular. Número desconocido llamando:

– ¿sí? – Conteste sin preguntar quién era, eres genial Keyla.

– Señora Weyllands, la llamamos de stripper y más. – Genial ahora me llaman de una tienda de prostitutos.-

– Eh hola, soy señorita. ¿Cómo tienen mi número en una tienda de pervetidos? – Oh dios mío serán hackeadores de información privada, ni loca les daría mi número a un tienda de pervertidos.

– Señora, perdón señorita Weyllands, usted dejo su numero agendado para que la llamáramos en el momento que Xein Lander tuviera tiempo disponible para el reportaje del especial navideño. Soy el representante de Xein, Jack Porsen. – Ay santa cachucha, metí la pata. Es el representante del modelo de pacotilla con quien estoy hablando, dije que eran unos pervertidos . ¡Que vergüenza! Siempre Keyla de boca floja, por eso es que los hombres huyen de mi, los espanto.

El árbol de Navidad bajo el muérdagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora