Johan, un chico de tan sólo 18 años, alumno de excelencia, las mejores notas en la escuela, hijo inigualable, el primero de dos, un chico con toda una vida por delante.
Todos los días despierta con sus metas más claras y cada día siente que ya puede rozarlas, día a día despierta, desayuna algo rápido, le prepara el desayuno a su hermano menor, de doce años,Victor, después sale corriendo de su casa para tomar el camión, él cuál ya lo está esperando en la entrada de su casa.
"Al principio era molesto esperar a Johan, tanto que hubo uno que otro día que lo dejaba y tomaba mi camino, pero cuándo lo veía llegar a la escuela con una cara cansada, pero sonriente, y después de hablar un par de veces con él, me dí cuenta de que personas tan maravillosas cómo él, hay pocas" comentó el chófer.En el camión, Johan saludaba a todos, alguien muy sociable pero nunca creido, él se sentaba todos los días en el penúltimo asiento del lado derecho del camión, junto a Javier, su mejor amigo, quien siempre apartaba su lugar, tan sólo un asiento adelante se sentaba Mónica, (mejor amiga de ambos).
Los tres iban todo el camino riéndose sin parar, al llegar a la escuela iban a sus clases, al salir, hacían tarea, estudiaban, o cualquier cosa relacionada con la escuela, y después sus caminos se separaban; Johan por su parte, iba a trabajar, trabajaba en una cafetería de su cuidad, uno de sus más grandes sueños era comvertirse en un gran doctor, para ello, necesitaba dinero para poder pagarse la universidad, él era un chico muy responsable, a pesar de que sus padres le ofrecían ayudarle a pagar una parte de la universidad en la que estaba próximo a entrar, él siempre se negaba, alegando que no era necesario, él había ahorrado lo suficiente para pagarla completamente de principio a fin, más sin embargo, le apasionaba trabajar en aquella cafetería, y la gente lo amaba, por su increíble manera de tratar a los demás, mucha gente asistía a aquella cafetería sólo a pasar un buen rato platicando con él, mientras este preparaba las bebidas.
Cuándo salía de trabajar, regresaba cansado a casa, tomaba una ducha y tranquilamente se sentaba en la mesa a cenar en familia, él era feliz, demasiado diría yo, Johan había hecho que todo en su vida marchara de maravilla y al pie de la letra cómo él lo había planeado...hasta aquél fatídico día, ojalá se pudra en el infierno ese maldito alcohólico, un día después del trabajo venía de regreso a casa, traía algo de prisa, pues vería una película con sus amigos por internet, al llegar a al avenidad Jonhson cruzó la calle con algo de prisa, pero cuidadosamente, pero un maldito ebrio iba por la misma calle, aquel idiota sin conciencia clara, iba a exceso de velocidad, Johan se percató de aquello y rápidamente se puso "a salvo" en la acera, pero aquél ebrio no sabía lo que hacía...simplemente aceleró y sin tener control sobre sí mismo giró el volante...fue en ese momento en que un sueño se destruyó, fué en ese momento qué alguien con sueños y metas por delante yacía en el suelo, inconsciente, aquel chico que hace unos momentos tenía una gran sonrisa en su rostro, ahora había desaparecido.
Rápidamente una patrulla de policía arribó a nuestro hogar, nos dió la noticia, yo no podía creerlo, rápidamente fui a despertar a su madre y fuimos al hospital, dónde ya estaba siendo atentido, fué impactante ver a aquel chico que estaba lleno de vida, luchar por ella, entre llantos y desesperación, salió el doctor, el cuál nos avisó dobre el estado de Johan:
"su hijo está en coma, más sin embargo, en el tiempo en el que lo hemos estado atendiendo, su corazón ha dejado de latir al menos unas 7 veces, pero segundos después vuelve a latir, es algo bastante extraño y no tenemos la más mínima idea de porqué sucede eso, ya hemos logrado estabilizar su corazón, pero alguien tendrá que quedarse cuidándolo".
Sin pensarlo dos veces me ofrecí a quedarme con él, su madre regresó a casa, mientras yo pasé a la habitación con él, me partió el corazón ver cómo mi hijo, yacía postrado en la cama de un hospital, repetidas veces me acercaba a la cama y le decía a aquél chico que todo estaría bien, que no había nada que temer, se despertaría del coma y regresaría a su vida normal...Ya van 10 días que no despiertas, hijo, no he podido dormir nada, porqué tu corazón deja de latir y cada vez que escucho ese pitido, me muero en vida, cruelmente, los doctores me han insinuado en que te deje morir, pero no dejaré de tener fé, si incluso los doctores han perdido la fé, no puedo dejarte sólo a la deriva, haré todo lo que esté en mis manos para salvarte. No sé si me estés escuchando, pero no perderé la fé...no sé en dónde estés, pero sé que solamente te encuentras perdido por algún lado, buscando la manera de salir del coma...En algún punto, dónde la oscuridad y el silencio domina, unos susurros pueden lograr ecucharse: "te amo hijo, por favor regresa".
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Linea delgada.
General FictionUn chico que regresa de la muerte deberá tomar una decisión crucial para saber si morir es mejor que vivir, o viceversa