Algo me golpeó en el muslo y bajé la vista para ver con qué me había golpeado en medio de la calle. Mis ojos se toparon con los de un perro negro que estaba muy limpio para ser callejero. Me quedé quieto unos segundos antes de agacharme y acariciarlo entre las orejas, momento que aprovechó para pasar su enorme lengua por mi cara.
Si se hubiera tratado de otro perro me habría dado un asco tremendo, pero eso precisamente era lo último que me provocaba. No era un perro callejero normal y corriente. Cogió mi abrigo entre sus dientes y tiró de mí para que le siguiera. Caminamos juntos atravesando las calles del pueblo hasta una cabaña vieja y abandonada a la que nadie le gustaba acercarse porque se decía que, si agudizabas el oído podías escuchar gritos provenientes del interior.
Yo sabía quién gritaba en esa cabaña. No era todos los días ni a cualquier hora, solo por las noches y cuando había luna llena. Ser un licántropo tenía sus cosas buenas, pocas, y sus cosas malas, muchas; sin embargo, con los años había empezado a acostumbrarme a unas y otras. Cada luna llena me ataba a unas cadenas que había soldado y entrelazado en una de las habitaciones más recónditas de la cabaña, casi en una cueva, que antes habría sido un calabozo.
Al principio pasaba las noches en soledad, sufriendo la transformación, la sed de sangre, de cazar algo vivo. Entonces apareció él, y las cosas nunca volvieron a ser iguales. Es un animago. Puede presentar su apariencia humana o ser ese perro que subía las escaleras de la cabaña y rascaba la puerta para que le abriera.
Una vez cerrada la puerta desde el interior siguió adentrándose en la cabaña y bajó hacia el sótano. No es lo que yo hubiera preferido, pero sabía que lo estaban buscando y cualquier cuidado que tuviéramos era poco. Una vez la penumbra nos envolvió se convirtió en persona.
Sirius. Cuanto tiempo separados, quizás demasiado. Mi cariño hacia él no ha parado de crecer desde nuestro primer encuentro. En el último, supe que se había convertido en amor. Aquella noche fue la mejor que pasé a su lado.
Salí bruscamente de mis pensamientos al notar sus brazos en mi cintura. Un abrazo. Apoyé mi frente en su pecho, la respiración acompasada me hacía sentirme seguro. «Seguro. ¡Ja! Eso era algo que no podría ocurrir mientras estuviera en busca y captura. Mientras Peter siguiera libre y todos te tomaran por un asesino».
Yo había descubierto el Ministerio de Magia al poco de ser mordido, me habían rastreado y encerrado en sus instalaciones para estudiarme, querían comprobar si podía transformarme a voluntad. Pero yo era esclavo de la luna llena, como muchos otros. Me dejaron suelto en medio de la ciudad seis meses más tarde con una amenaza: «si matas a alguien vendremos a por ti».
Sabía que me vigilaban, no me habían puesto un chip ni un rastreador informático, pero de vez en cuando sentía que alguien me seguía o me observaba. Sabía que tenían a muchos animago entre ellos. Cualquier perro, gato o rata con la que me cruzara era un potencial vigilante. Andaba con mil ojos esperando a que algún animal hiciera un gesto más humano para descubrirlos.
Cerré mis ojos y me concentré en el latido de su corazón. Al principio lento y pausado aunque poco a poco con el abrazo y el roce se fue acelerando. Alcé la vista y nuestros ojos se encontraron.
Su mirada, siempre triste, llena de angustia y dolor por culpa del pasado ahora brillaba, cambiaba al mirarme a mí. «Haces que me sienta alguien especial» pensé mientras una sonrisa comedida se asomaba a mis labios. Tenerle cerca hacía que la soledad que inundaba mi corazón se desvaneciera como por arte de magia.
Sonreí más ampliamente y él me imitó. Su boca enmarcada en una barba de varios días se me antojaba suave. Me alcé sobre las puntas de mis pies y lo besé. Nuestros labios se unieron por unos segundos. Luego volví a mi posición normal, a la altura de su cuello y me giré para mirarle. Su sonrisa se había acentuado.
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Tierno pero salvaje
Fanfiction«One shot» Fanfiction de los tiempos de Harry Potter tras la liberación de Sirius de Azkaban. Un encuentro sexual protagonizado por dos de nuestros personajes favoritos. Sirius x Remus ES CANON!