querido maestro | yoonmin

capitulo uno

Jimin pocas veces había escuchado las palabras de su madre omega cuando hablaba sobre el amor de princesas, esa mujer aun creía que su hijo era un alma pura creyente de esas historias donde había un príncipe azul.

Él en especial odiaba esos cuentos porque hacían ver la vida perfecta después de una terrible tormenta ¿Qué un príncipe vendría a salvar de su aburrida y detestable vida?

Cuando se presentó como omega, hace dos años, los doce años supo que su madre lo trataría de forma diferente, más bien como una pequeña princesa indefensa.

Jimin solo quería que su madre le diera libertad.

—Estupido celo, ugh lo odio. —su mejor amigo se sentó en el asiento de al lado con una mueca de molestia. —Ojalá ser beta.

Taehyung era un omega castaño de tes canela y ojos marrones, su grave voz podía confundirse con la de un fuerte alfa pero su dulce aroma lo delataba.

—No se como te puede gustar ser un omega, es horrible. —se quejó nuevamente sacando sus útiles escolares de su bolso.

—Mi mamá me da unos analgésicos para no pasar tanto dolor. —subió y bajó sus hombros Jimin restándole importancia mientras recostaba su cabeza sobre la mesa entre sus brazos. —Creo que es por mi olor, es demasiado fuerte en esos días.

—Uhm, tienes razón. Dile a tía Sung que me guarde algunos para la próxima vez. —Taehyung sonrió observando sus apuntes coloridos y los marcadores perfectamente ordenados. —¿Supiste que vendrá un maestro suplente para la clase del viejo Choi?

Jimin levantó su cabecita rubia sintiendo un repentino interés en las palabras de su amigo.

—¿El de literatura? —Taehyung asintió. —Sabia que estaba muy viejo para seguir haciendo clase.

Jimin bufó y Taehyung golpeó su brazo con una sonrisa.

—No lo digas en voz alta o la diosa te castigará. —reprendió con diversión imitando a los fieles creyentes haciendo reír al rubio.

Amigos desde los cuatro años y se entendían perfectamente.

La puerta del salón resonó cuando fue abierta, los demás adolescentes que ya estábamos en el salón se ordenaron y guardaron silencio ante la nueva presencia del maestro suplente.

Para la sorpresa de todos, un alfa joven ingreso con aires dominantes y rostro serio, su piel era tan pálida como la nieve de este invierno y labios delgados pero ligeramente rosados, su pequeña nariz sostenía unos anteojos color negro en la parte superior donde algunos cabellos color café claro descendían.

El hombre dejó un libro de clase sobre el escritorio y miró a los menores presentes en sumo silencio. Todos estaban levantados atrás de sus asientos designados a inicio del año escolar, con el mismo uniforme y para él, todos iguales con las mismas miradas curiosas.

Jimin tragó en silencio cuando la mirada del mayor se paseó por cada uno de los menores presentes, instintivamente y con nerviosismo bajó su mirada a sus manos entrelazadas en su abdomen bajo.

—Buenos días a todos, a partir de hoy seré su nuevo maestro de literatura en la ausencia del señor Choi. —su voz grave y desinteresada en las miradas curiosas fue monótona en sus palabras. —Espero se comporten de buena manera mientras yo les sea su maestro.

Movió sus cejas indicándoles contestar a sus palabras, a lo que respondieron con un "Si señor."

—Bien, espero cumplan su palabra. —asintió dando por terminado su discurso de bienvenida. —Min Yoongi pero deberán decirme señor o maestro Min.

Taehyung le dió una corta mirada a su amigo que se encontraba con sus mejillas sonrojadas y su cabeza baja...

¿Avergonzado?

Trató de llamar su atención en medio del bullicio cuando todos tomaron asiento según las indicaciones del nuevo maestro pero Jimin solo estaba mirándolo a él de forma nerviosa mientras mordía sus labios.

Jimin sintió en ese momento que los cuentos de princesas podían equivocarse respecto al príncipe.

Si la princesa era lo suficientemente inteligente iría por el rey en vez del príncipe.

Y él era demasiado inteligente para ir por un príncipe, en especial cuando frente a sus ojos estaba el rey, el señor Min.