Capítulo 1

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Holis, aquí les tengo una pequeña sorpresa. ¡El primer capítulo de esta linda novela que me tiene enamorada mientras la escribo!

En verdad me esta encantando y estoy seguro que a ustedes también les gustara mucho más que a mí.

Disfrútenlo <3

*

*

La música es tan alta y las luces de colores han aumentado el ritmo haciendo que comience a sentirme mareada. Con las manos de un chico sobre mis caderas, siento como alguien me toma del brazo y me jala.

—¡Olivia! — con una sonrisa mire a Nessa, mi mejor amiga, quien es la que me jala con insistencia. —¡Ven!

Deje al chico atrás y me deje arrastrar por Nessa, quien se acerca a un grupo que está sentado en los sofás y entre ellos están Sen.

Mierda.

Actuó normal, después de la mitad de mi vida teniéndolo a mi alrededor, es fácil para mí lograr controlar mis emociones.

Nessa me sigue jalando, en el sofá más largo hay dos chicos sentados en cada esquina y un espacio vacío al lado del otro. Así que ambas nos dejamos caer y cuando hice contacto visual con el chico que está a mi lado, una sonrisa encantadora se dibujó de inmediato.

El me respondió el saludo y coloco con cuidado su mano sobre mi rodilla, al ver que no protestaba apretó un poco de ella y yo lamí mis labios. Esto es algo por lo que no me gusta tomar alcohol, un lado atrevido despierta y no me importo lo que hay a mi alrededor, solo me dejo llevar por el ambiente.

El chico —que es bastante apuesto— y yo, comenzamos un juego de miradas. Ninguno aparta la mirada y no sabemos que es lo que se llevara el ganador, ¿un beso? ¿una tocadita? No lo sabemos, pero esto se pone divertido cuando inclina su cabeza, dejando sus labios a mi alcance.

Oh, ¿quiere que dé el siguiente paso?

Una sonrisa divertida aparece en mis labios y él se ríe. Estaba dispuesta a hacerlo, pero cuando desvié un segundo la mirada, me encontré con unos ojos azules, tan oscuros como los sueños húmedos donde él y yo somos los protagonistas.

Di un respingo y aclare mi garganta, termine el juego cuando me acomode en el sillón teniendo la vista sobre la mesita que hay en el centro de los sofás. Pude sentir la mirada de disgusto del chico a mi lado, pero no volví a dirigir mi mirada a él.

Ahora estoy más ocupado apretando mis piernas y tratando de no mostrar cómo me afecta que Sen me esté devorando con esa mirada tan lasciva que se carga en este momento.

—¡Juaguemos a yo nunca! — exclaman estando de acuerdo con quien lo propone y llega una chica con dos botellas de tequila y las dejas sobre la mesita. —¡Llenen sus vasos a un nivel moderado!

Espere mi turno y cuando la mayoría lleno sus vasos, extendí mi mano tomando la el cuello de la botella, pero de inmediato una mano más grande y gruesa se colocó sobre la mía.

Levante la mirada, mi corazón bobeo con rapidez y mi cerebro hizo cortocircuito. Como me encantan esos ojos azules, a pesar de conocer a unos cuantos chicos con el mismo tono, él es el único que me hace sentir tantas cosas —incluyendo dolor estomacal— que me hacen dudar si en verdad estoy bien de salud.

Nos quedamos mirando al otro, la saliva se acumuló en mi garganta y cuando bajo sus ojos a mis labios, mi lengua en automático los recorrió. El apretó mi mano, y note como reprimió un gruñido, sonreí al sentirme victoriosa, como si hubiera ganado este juego que no sabía que comenzó.

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