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-oye oye chico, sácame de acá ¿Puedes?- suplico el hombre- puedo darte lo que quieras, solo debes ayudarme

El pelirrojo lo observó por encima del hombro, con superioridad, como si el anciano no valiese nada

Paso sus manos por su traje para limpiar ese polvo imaginario que el estrés le hacía ver y siguió caminando por el pasillo hasta que una mano en su tobillo casi lo hace tropezar

-o-oye por favor, niño, en verdad debo irme, no me dejes acá

-suelteme

-por favor

-¿Cree que puede salir? ¿Quiere que lo libere? Adelante

El chico se acercó a la reja y girando dos veces la llave está se abrió. El hombre no dudo en salir de la jaula, lágrimas de alivio recorrían su rostro. Corrió con todas sus energías-las cuáles eran muy pocas-hasta la salida donde su pecho fue atravesado por una bala

-¡Dios! Terrence tienes que dejar de hacer eso- grito el guardia- ¿ahora como explicaremos esto al jefe?

- a ti también te parecía divertido- su impecable traje negro se ensucio en las rodillas cuando se apoyo sobre el pozo de sangre en el piso, apoyo sus dedos sobre las cejas del viejo y observó sus ojos blancos por completo- diremos que intento escapar- deslizó sus dedos hacia abajo, arrastrando sus párpados en el proceso y cubriendo las esferas vacías de vida

-ya no es gracioso, Terrence- reclamo- dejo de serlo después de la quinta muerte

-ellos merecían morir

-eran inocentes

-por eso merecían morir

El rubio no entendió a qué se refería el chico, tampoco le pregunto

Terrence se levantó del suelo y salió de la habitación sin importar que las rodillas de su traje escurrieran líquido verde

una prisión de leyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora