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Con notorio cansancio se dejó caer de espaldas en su cama. Su rostro lucía exhausto, su pelo carecía de orden y su ropa ya no se veía tan presentable como lo era en la mañana. La universidad lo tenía completamente cansado, todo debido a los proyectos y trabajos que se acumulaban sin cesar.

Con pereza dirigió su vista hacia el reloj que colgaba en su pared, observando como en las manecillas de éste señalaban pocos minutos antes para que fuese medianoche.

Pronto serían las 12 y él, pese a que todo su cuerpo lo pedía a gritos, no lograba conciliar el sueño.

Se levantó con desgano en dirección al balcón y tomó asiento en la silla que se hallaba a un lado, mirando hacia el cielo estrellado. No llevaba mucho tiempo desde que empezó a vivir en ese pequeño apartamento y, debido a lo ocupado que estaba, esa era la primera vez que salía allí a contemplar aquella preciosa vista.

Odiaba demasiado su insomnio, y para su desgracia hacía ya varias semanas que las noches habían comenzado a ser iguales. Cuando finalmente podía llegar a descansar luego de un ajetreado día, su mente comenzaba a ser más ruidosa de lo que acostumbraba y sus ojos no lograban quedar cerrados por más de un minuto.

Pero si había algo que le molestaba más que aquello era aquél sentir que se aparecía sin falta a esas horas. La sensación de como su corazón se oprimía, sus deseos por llorar se aparecían y la tristeza empezaba a abundar entre todos sus sentimientos no era algo del agrado de Hwang y llegaba a ser frustrante el no encontrar una razón concreta para justificar su sentir, más todo eso quedó por un momento en el olvido cuando una dulce canción comenzó a ser tocada, captando de manera inmediata la atención del rubio.

Cerró sus ojos por un momento y, soltando un suspiro ligeramente afligido, comenzó a apreciar la suavidad de la melodía que venía de al lado. Las cuerdas de una guitarra emitían un agradable ritmo el cual Hyunjin desconocía, sin embargo eso no le impedía disfrutarlo como si se tratase de su canción favorita.

Conforme los minutos fueron pasando, la calma hizo presencia en su corazón y su mente se aglomeraba de nuevas preguntas con respecto a la persona dueña de aquél hermoso instrumento y causante de las cautivantes melodías. ¿Era consciente de que su composición estaba siendo escuchada? ¿no era muy tarde para practicar guitarra?... Y la que más resaltaba entre todas; ¿cómo era capaz de emitir tanta serenidad en lo que parecía ser una canción tan triste?

12:20 a.m y la dulzura de la voz ajena llegó a los oídos de Hyunjin.

Y maldición... Aquella entonación, apacible y emotiva, tan limpia y placentera, provocaba en el rubio un nuevo sentir que no hallaba cómo describir. Sentía como los vellos de sus brazos se erizaban, lo cual le sorprendía siendo pocas las veces en que alguien lograba hacerle sentir algo similar.

Los minutos pasaron y para cuando la melodía junto con la dulce voz se hubieron detenido, Hwang desvió su mirada de las estrellas y dejó escapar un suspiro. La canción, pese a haber acabado, seguía reproduciéndose en su mente como si tratase de una cinta de mala calidad, no obstante no era algo que le molestase ya que al momento que se permitió caer en la comodidad de su cama y se enredó entre la calidad de su manta, con la canción aun en mente, logró sentir como lentamente fue quedándose dormido.

Al día siguiente Hyunjin llegó algo más temprano en comparación de la noche anterior por lo tanto optó por comer algo antes de salir a contemplar el hermoso cielo estrellado de esa noche, muy en el fondo con la esperanza de que ese día el chico que, hasta el momento, desconocía decidiera compartir una vez más la maravilla de su voz mientras tocaba algunos acordes para que le hiciesen compañía a sus entonaciones.

Media noche y, para su suerte, una melodía diferente se hizo presente.

No era muy distinta a las de la noche anterior, expresaba igualmente una tristeza que no se podía definir con palabras, sin embargo, era tan suave que llegaba a calmar en cuestión de segundos al castaño. Y, veinte minutos después, la melodiosa voz de su vecino alcanzó sus oídos transmitiéndole nuevamente gran variedad de sensaciones y emociones.

Starry night - HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora