Única parte

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Si nunca se hubiera confiado tanto, no tendría porque estar pasando por todo esto. La luz tenue que entraba por la ventana de su habitación no lograba que se sintiera mejor, solo lo hacía sentir más enojado y decaído. Había intentado de todo, quería olvidar esa estúpida sonrisa y esos molestos ojos que lo perseguían a todos lados.

Christopher Bang se negaba a irse de su mente, a pesar de que él había cortado todo contacto con el menor. Seo se levantó dudoso de lo que haría, solo podría torturarse más recordando pero, si su amigo no se equivocaba, era la mejor opción para terminar una relación de tanto tiempo y con tanto amor.

Ese amor era falso para Bang, no conocía bien sus razones para dejarlo así como así, indefenso ante todo y todos. Incluso ya no lo protegía de su padre, aquel hombre lo había estado maltratando desde que tenía memoria y había empeorado desde que su querido Chris lo abandonó.

Los comentarios no faltaron, de parte de todos sus amigos, por decirles de alguna forma, y es que se les veía tan bien que casi todos pensaron que Bang se había vuelto totalmente loco. Algo imposible de manejar y creer le había pasado a él, al ser más indefenso del mundo.

Le daba vueltas al asunto, seguía leyendo todo de nuevo, su vieja conversación. Donde de pronto se dio un giro inesperado, Chris simplemente lo había dejado por mensaje, no se atrevió a decir nada más y, quizás, pudo tener una amistad con el mayor pero le era imposible, ¿cómo tener solo eso después de tantos años en los que creyó que él era el amor de su vida? Tal vez fue por cobarde, por miedo al futuro y lo que conllevaría seguir en contacto con él. Lo bloqueó, de todos los lugares donde le fue posible, le dolía imaginarse a su querido ex novio en otra relación, compartiendo con otro chico lo que alguna vez compartió con él. Todas esas palabras, los abrazos e incluso unos cuantos besos, se habían ido al caño en unos minutos.

Los moretones en sus brazos y piernas habían vuelto a aparecer, como si la promesa que alguna vez le hizo Bang se hubiera esfumado junto a su cordura, esas marcas en sus brazos eran una de las consecuencias de la situación. Lo que menos quería era recordar pero era imposible, vivía de recuerdos, golpes y lágrimas, era un bucle infinito del que no quería salir.

[ • • • ]

La brisa golpeaba su cuello, era tarde y seguía en aquel gran lugar junto a su querido novio y su amigo. La situación era graciosa a pesar del clima sombrío que decoraba las calles de Seúl, habían estado corriendo y huyendo de la lluvia por más de 15 minutos.

Seo estornudo y en ese momento Felix supo que Bang dejaría de correr de un lado a otro para ir corriendo a proteger a su pequeño, no dejaría que se enfermera y, si lo hacía, podría cuidarlo durante horas a pesar de las advertencias y miradas frías del señor Seo. Chris abrazo al pequeño y lo arrastró hasta un lugar seguro, sus brazos no podían protegerlo del todo pero un techo le ayudaría un poco.

—Sí, creo que va a seguir durante un buen rato. —agregó Felix después de tantas risas, era seguro. No saldrían de ahí dentro de unos cuantos minutos.

Changbin se escondió en el pecho de su novio, buscando más calor y evitando estornudar cerca de él. Elevó su mirada por un momento, nunca había notado lo guapo que era su novio de cerca, su contacto físico era el mínimo y estar en esa situación era un gran avance en ello.

Ambos eran muy reservados y les era difícil mostrar cariño o tan siquiera mirarse a los ojos, era un problema pero lo ignoraban. Bin pensó en darle un beso pero miles de situaciones incómodas se cruzaron por su cabeza, solo lo evitó y disfrutó del cálido abrazo sin sentir pena alguna.

—Creo que es el momento. —Felix corrió, era cierto. La lluvia se había calmado y era hora de dejar a Seo en su casa.

Brincaron grandes charcos y, de vez en cuando, se cubrían debajo de techos altos. Disfrutaban estar juntos, Changbin no conocía del todo a Felix pero sabía que era el mejor amigo de Bang. Eran muy unidos y Seo se sentía seguro al estar con ambos, los moretones y autolesiones habían acabado desde que ese par había llegado a su vida.

Desgraciadamente el día tenía que llegar a su fin, para Seo era lamentable y para los otros 2 era peor, conocían al señor Seo y les daba miedo que su querido Seo volviera con unos moretones a la próxima reunión. Felix camino hacia otro lugar cuando notó la atmósfera, quería ayudar un poco a que su primer beso sucediera.

—¿Estarás bien? —Seo asintió y sonrió, Bang le parecía demasiado tierno cuando actuaba así.

La lluvia aún golpeaba su rostro levemente, las gotas caían por sus mejillas y le hacían cosquillas. Bang se acercó al más pequeño y el otro hizo lo mismo, un pequeño beso sin que hubiera palabras de por medio. Solo esa sonrisa al final, esa sonrisa que denotaba pura felicidad.

[ • • • ]

Ese fue el último día que vio a Bang, que pudo escuchar su risa y pudo sonreír por última vez. Le habían arrancado algo muy valioso y seguía sin entender por qué, él no era malo. Nunca lo fue, la vida se empeñaba en hacerle esto, en dejarlo a la deriva una y otra vez.

La única diferencia es que esta vez no se dejaría, no volvería a sufrir y estaba seguro que esa cuerda era la respuesta.

I don't want to admit it [Chanchang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora