Prólogo

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Sirenas de policía.

Un chico asesinado de un disparo.

Otro con sangre en sus manos, en su ropa y con recuerdos borrosos en su mente.

Los cuerpos de seguridad llegando a la escena, periodistas buscando tener el reportaje del momento en esa madrugada. Flashes de cámaras destellando, el chico subiendo a la patrulla de la policía sin pronunciar ni una sola palabra, los periodistas haciéndole preguntas y los oficiales custodiando la escena del crimen.

Aquel fue solo el inicio del caos, el momento que marco un antes y un después en la tranquilidad de las vidas privilegiadas en la gran manzana. 

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