Una niña rubia recostada sobre su cama, escribía contenta en su diario mientras se observaba al espejo y movía sus piernas alegremente.
Hola, mi nombre es Penélope Juliette y tengo 9 años de edad, me apasiona la música y mi sueño dorado es convertirme en una famosa cantante de música country o baladas. Mi inspiración es aquel hombre que amo más que a nada en el mundo, mi papá, el súper héroe de mi vida, aunque mamá diga que la música no me llevará a nada continuo perseverando. En fin, no quiero aburrirlos con una amplia habladuría acerca de mi persona, mi intención es contarle lo más interesante de mi espléndido día a día.
La mamá de la niña quien traía prisa, alza la voz en tono autoritario para aclamar su presencia.
- !Penélope!, apresúrate o llegaremos tarde por tu culpa.
Disculpe la repentina pausa, los gritos ensordecedores de mi madre son sinónimo de que me debo dar prisa o el señor cinturón vendrá por mi está tarde, ¡Aya voy! que no cunda el pánico señores.
Ella se reporta a donde la requerían, abraza cariñosamente a su padre, hermana y madre, estás últimas la apartaron al instante como si de un cactus se tratara, en contraste el papá la lleno de mimos y apapachos.
Por suerte ya estoy acostumbrada a este tipo de tratos, llegué a la conclusión de que mi hermanita gemela Pauline Lorette y mi madre son duras de carácter, seguramente les cuesta expresar sus sentimientos pero lo comprendo. Soy más como mi papá.
La gemela la mira con disgusto y pretende insultarla pero ella le obsequia otro abrazo afectuoso. Pauline se queda quieta y se resigna, recibe la empalagosa muestra de afecto por órdenes de su padre.
El recorrido no es muy largo, en un tintineo de campana ya se encontraban en la puerta de la elegante escuela a la que las niñas asistían. Luego de la dulce despedida con sus padres Juliette ingresa al centro educativo con los ojos caramelizados y la sonrisa azucarada, contrariamente Pauline se limito a poner una cara de león enjaulado.
- Hola de nuevo, lamento haberlos hecho esperar, les informo que ya estoy en mi salón de clases junto a mi querida hermana, lista para recibir clases. Parece que mis compañeros necesitan combustible se ven apagados jejeje, que placentero es aprender.
En el transcurso de las clases, Penélope mantuvo su cerebro enfocado en las explicaciones de su maestra como un francotirador al blanco asegurado, gracias a ello resolvía las tareas que les encomendaban con más facilidad que el resto de niños. Pauline brillaba de igual manera no obstante sus luces eran tenue, en el receso, la gemela inexpresiva se posicionó en el césped quedando totalmente quieta.
Penélope quiso invitarla a jugar con ella pero fue rechazada por la hermana malhumorada , la pequeña rubia sintió tristeza especialmente cuando al notó al resto de hermanos infantes de la clase jugando en armonía. Resignada se sienta en un rincón a comer su sandwich atún y ensalada.
Sé que dije que estaba acostumbrada a este tipo de trato pero me entristece que mi hermanita y yo no compartamos momentos felices como los otros niños, ella prefiere estar sola.
Continuó degustando su emparedado en tanto hablaba un tanto afligida, un balonazo aéreo en dirección a ella derribó su lunch y cambió su expresión penosa a una de enfado. Colocó el balón en el suelo dispuesta a envíarlo fuera de la atmósfera cuando un niño rubio vestido de overol acudió al lugar agitado y preocupado.
- Hey, amiguita por favor no vayas a lanzar el balón, me costó mucho encontrarlo.
- Ven por él entonces, estoy sumamente disgustada porque gracias al mal cálculo de alguien el balón arruinó mi lunch y nisiquiera pude terminarlo.
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Los Garabatos De Penny
Teen FictionPenélope destaca en casi cualquier casi todo lo que se imagina, no obstante el talento que poseee suprime su felicidad, la envidia hace que vea a su prima Miette como la última botella de agua de un corredor profesional Oculta sus penas exhibiendo...