Adelanto

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La sangre chorreaba en mis manos cuando jugaba con las tripas de mi anterior victima, mientras otros ojos expectantes  no paraban de mostrar el evidente terror que sentía.

-De-ja -tartamudeo luego de un sollozo ahogado.

-¿Dejar que?- ladee mi cabeza mientras sonreía, dándole mas miedo a mi pobre acompañante.

Le pase las tripas por enfrente de su cara, haciendo que estas le rosaran la boca y mejilla dejando un rastro de sangre evidente.

-Vaya la sangre en tu cara resalta el color de tus ojos deberías practicarlo mas seguido.

-Por favor-suplico- no mas déjame, si quieres mátame ya pero no mas.

Rompió en llanto, las lagrimas se combinaban con la sangre, que al momento de tocar sus labios su cara de repugnancia y sus arcadas no se hacían esperar.

-Oye pero eso no seria divertido- tire a un lado el objeto viscoso-Antes luchabas ahora por que no.

-Porque antes tenia esperanzas de que no fueras una maldita psicópata.

-psicópata- la pronuncie como si fuera nueva en mi diccionario-No es una palabra con la que me describiría, pero ya que insistes tratare de comportarme como una.

Sus ojos se abrieron tanto que podrías detallarlos a la perfección-N-o era lo que me refería- menciono en un susurro poco audible.

-Pero es lo que yo entendí- me encogí de hombros mientras me dirigí a agarrar mi pistola, quite el seguro y la recargue, me acerque un poco a su cuerpo atado y apunte.

-Ahhh me disparaste- dijo entre un sollozo.

-Si, pero no te preocupes fue en una pierna, sabes para demostrarte que soy buena, te sacare la bala.

-Noo.Porfavor.Para esta locura.

Ignore sus suplicas y fui por mis juguetes para torturar. Saque del estuche un cuchillo, pinzas y un tarro de alcohol antiséptico.

-Mira que bonitos juguetes estos me ayudaran a sacar la bala, pero primero déjame buscar un tutorial porque realmente no se como hacerlo- fingí mirar en mi celular, mientras escuchaba sus intentos desesperados de escapar.

-Vaya acá dice primero desinfectar la herida, pero tendré que quitarte el pantalón- Agarre el cuchillo y comencé a cortar un cuadrado alrededor de la herida, en el proceso este se enterraba en la piel del sujeto. Este se movía desesperado creando mas cortadas en su piel.

-Listo-sonreí orgullosa. Seguido cogí la botella de alcohol y lleve este a la herida, cerciorándome de que caiga mas donde penetro la bala.

-Por favor para- sus quejidos acompañados de su llanto fueron lo único que sonaba en aquel lugar donde miles de victimas  suplicaron a la muerte un final lejos del dolor .

Mafiosa Hasta la Tumba [Reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora