fall in love. [minayeon] os

fall in love

Estaba de más decir que Mina sentía su corazón al límite de estallar, su garganta estaba extrañamente seca, sus manos sudaban y sus dedos temblaban a la par de aquella botella que giraba en medio del piso de la habitación.

Era media noche ya y sus amigas se encontraban algo pasadas de copas, lo sabía por la forma en que sus carcajas aturdian sus oídos de vez en cuando y por los retos que habían subido poco a poco a un tono más atrevido y picante.

Momo a su lado abucheo la botella cuando esta dejó de moverse para señalar a la siguiente víctima, solo ahí pudo dar un suspiro de alivio al percatarse de que la punta señalaba a Tzuyu (quien estaba sentada a su izquierda) y no a ella.

— Bésame —dijo Sana sin filtro alguno mientras una gran sonrisa se expandía en su rostro y Tzuyu ponía los ojos en blanco.

— Ya conozco la boca de todas, Minatozaki, piensa un poco más —espetó la menor, y vaya que tenía razón, pues en cada fiesta que organizaban era una ley terminar besando al menos a alguna del grupo, todas ya habían pasado por todas, y sin embargo la amistad seguía siendo tan fuerte.

Simplemente lo mejor.

— Tzuyu, en verdad quiero que me beses —del otro lado de la sala la japonesa de regordetas mejillas hizo uno de sus mejores pucheros para persuadir a la más joven de todas, no era un secreto que esas dos fueran algo así como amigas con beneficios dentro del grupo de amigas.

— Okay, hagamos esto más emocionante —Momo intervino arqueando las cejas y sonriendo de lado.

— ¿Qué tienes en mente? —las japonesas intercambiaron unas cuantas miradas cómplices, como si a través de ellas pudieran comunicar todo lo que tramaban en conjunto.

Mina sintió un escalofrío correr por su columna vertebral, veía venir lo que estaban a punto de decir esas dos.

— Tu —señaló a Tzuyu y Tzuyu se señaló a ella misma en espera del emocionante reto— y tu —ahora señaló a Sana— encierrense en mi habitación por 15 minutos, lo que hagan dentro ya es cosa de ustedes.

Sana soltó unas risillas victoriosas rodeando los sillones de la sala hasta que llegó a donde Tzuyu, tiro de su brazo con impaciencia hasta que desaparecieron por el pasillo y segundos varios escucharon el azote de la dicha puerta.

— ¿No están tus padres en casa? —cuestionó Jeongyeon con el ceño ligeramente fruncido, juro haber visto a los mayores cuando la fiesta recién empezó unas horas atrás.

— A ellos no les importa todo el ruido que hagamos... O que Tzuyu haga —alzó los hombros y agitó sus manos quitándole importancia a eso— además, le debía el favor a Minatozaki, bien... Sigamos...

Y de nueva cuenta, echaron a girar la botella. Pero esta vez Mina no sintió alivio, no porque le había tocado a ella ser la del reto, sino porque Nayeon era la del reto esta vez.

Sus amigas de alguna u otra manera siempre las enredeban a ellas dos, y por más que se convenciera a ella misma de que sólo eran retos o algo de diversión, no podía evitar sentir cierto tipo de cosas.

— Besa a la anfitriona —indicó Jihyo moviendo las cejas de arriba hacia abajo.

Ambas chicas pusieron los ojos en blanco y negaron a la par.

— Nada que no hayan visto antes, niñas —mencionó Nayeon arrastrándose un poco hasta que llegó al regazo de Momo y plantó un piquito en sus labios, Momo relamio estos y le lanzó un guiño a Mina quien resoplo y soltó una risilla amarga.

Momo tenía la ligera sospecha acerca de los sentimientos de la japonesa menor, siempre la molestaba (en el buen sentido) y hacía de todo para que terminarán juntas en cada una de sus reuniones. Mina ya la había reprendió varias veces, repitiendo en cada ocasión que estaba loca y su intuición era pura mierda.