Susana

2 0 0
                                    

Cuando Susana era niña, estaba muy interesada en las hadas. Siempre veía las películas con ellas y prefería jugar con las muñecas que se parecían a ellas. Además, leía cuentas de hadas y las leyendas urbanas. Cuando su madre le traía dulces, Susana siempre dejaba unos dulces en el suelo para atraerlas.

Un día, leyó una leyenda urbana en el Internet. Esta leyenda dijo que una persona podía viajar al mundo de las hadas si pasaba por un anillo de hadas, un círculo de los hongos.

Cuando su madre se durmió mientras veía la televisión, Susana salió de la casa y caminó por el bosque para buscar un anillo de hadas. Mientras caminaba por el bosque, admiraba las flores, las hojas anaranjadas y rojas de los árboles y el río hermoso. La belleza de la naturaleza era muy fascinante.

Sus pensamientos eran interrumpidos por un canto misterioso. Ya que Susana y su madre vivían lejos de la ciudad más cercana y no tenían vecinos, sabía que tenía que ser las voces de las hadas. Aunque no podía entender lo que estaban cantando, le encantaban mucho sus voces.

Siguió sus voces hasta que encontrara un grupo de chicas bailando. Llevaban vestidos de varias colores y flores en su pelo. Sus ojos eran brillantes y parecían que estaban disfrutándose. Cuando las chicas vieron a Susana, sonrían y la invitaron a bailar. Susana les informó que no sabía bailar. La chica pelirroja dijo que no era un problema porque podía enseñarle cómo bailar. Susana sonrió y bailó con las chicas.

Cuando el sol estaba cerca del horizonte, Susana decidió regresar a casa. Las chicas le ofrecieron comer con ellas, pero Susana insistió que tenía que regresar a casa. Les despidió y fue para casa.

Corrió por el bosque y trató de recordar el camino que tomó. Cada lugar se parecía a los otros lugares y el sol todavía estaba bajándose. Susana estaba muy preocupada porque no traía una linterna. Cuando no podía ver lo que estaba delante de ella, ella fue a una cueva y se durmió.

El próximo día se despertó y caminó por el bosque por unas horas. Finalmente, encontró un claro y se lo acercó. Cuando llegó al claro, vio una casa antigua, pero se parecía familiar. Cuando se acercó la casa abandonada, se dio cuenta de que se pareció a su propia casa. Cuando miró los números al lado de la puerta, sus ojos se pusieron como platos. Eran los mismos números que su casa. Miró el interior de la casa y empezó de llorar. Susana sólo pasó una noche en el bosque, pero pareció que nadie no vivía en la casa por muchos años. La casa era totalmente vacía y había mucho polvo en todas partes. Las ventanas estaban sucias y el papel de empapelar se despegaba de las paredes. Susana no pudo creer lo que estaba viendo. Se sentó en el suelo y lloró mucho. Era totalmente sola en un lugar abandonado.   

SusanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora