única parte.

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Las fiestas no eran parte de sus pasatiempos preferidos, no era su estilo estar reuniéndose con sus amigos cada semana para quedarse en una casa de algún desconocido bebiendo hasta el amanecer e incluso tal vez follando.

Podía ser que el ambiente de aquellas fiestas, o convivios, como solían decir sus amigos, cubriendo los verdaderos fines en los que se hacían, ya que, todos se encontraban en el sitio, la mayoría drogados y follando en la cada rincón. A sus diecinueve años, poseía una vida más que rutinaria, podía se r divertida de vez en cuando, saliendo a algún club o a divertirse con uno de los tantos adolescentes pubertos del instituto que insistían en invitarla a salir, en fin, aunque después podía a regresar a la rutina, cuidar a su adorable gatita que se encontraba en esos momentos en su departamento, también, ir trabajar cada mañana a la veterinaria, un sitio muy querido para ella, aunque era algo muy fácil de comparar, su vida de día cambiaba totalmente cuando caía la noche, cosa que ella amaba ya que no soportaba que interfierieran en sus objetivos, si ella deseaba aceptar una salida, lo haría, sino quería, ya sabrán la respuesta, era más que sencillo, la monotonía no era del todo fastidiosa en su estilo de vida.

Soltó un suspiro, al reincorporarse de aquella cómoda cama, que horas antes, sufrió las consecuencias de la noche más que agitada que tuvieron aquellos jóvenes.

Notó unas manchas violáceas adheridas a su nivéa piel pudo ver, su sujetador lo logró visualizar cerca del chico pálido que estaba de espaldas, a lado suyo, profundamente dormido. Intentó no caer ante los encantos que el disponía con tan solo estar dormido, un efecto del que gozaba disfrutar, desde siempre.

Su móvil había sonado por lo que se apresuró en terminar de arreglarse, notó que era tarde ya que pasaban más de las once de la mañana, y estaba en la casa de la persona menos indicada.

━ Dios.. Eugene me matará. - se quejó en voz baja, pronto, su ropa fue deslizada sobre su cuerpo con rapidez por sus temblorosas manos que se movían con desespero.

- ¿Ah, a dónde vas? - la voz pesada y torpe del chico la desestabilizó, encarándolo con una sonrisa falsa, Elsa se giró, le mostró sus zapatillas altas meciéndo las mismas en el aire, el chico al parecer no entendía indirectas, ya que continuó hablando.

━ ¿Tan temprano? yo... creí que te quedarías más tiempo junto a mí.

La voz del chico sonó molesta, demostrando su oposición a qué abandonara aquella alcoba, debió dejar las cosas en claro antes de acostarse con él, pero... ¿Seguía tan ilusionado con ella cómo para querer quedarse más tiempo así? Era loco, aquella proposición no era del tipo que suelen hacerle a ella, usualmente intentan seducirla para más rondas. Sin embargo, aunque quisiera continuar con sus divertidas sesiones privadas en la cama, recreando nuevos momentos, no podía. Elsa quiso largarse de ahí en ese mismo instante.

━ Lo lamento Jack, pero no, recuerda porqué estamos aquí.

Elsa notó que Frost estaba apunto de decirle algo, así que corrió hacía la puerta y salió sin preocuparle que la siguiera, salir desnudo no era el sueño de muchos, estaba segura que él de él no lo sería.

¿Ya he mencionado que odia que la obstaculicen en sus planes?

Al salir, en lo único que pensaba era llegar a su departamento, no tenía un auto así que llegar sería un poco más complicado. El dolor en su cabeza fue disminuyendo a tal punto, en el que visibles fragmentos de la noche de ayer se proyectaron en su mente, reconstruyendo con algo de claridad las caricias que sintió de parte de su jodido ex-novio, no se la había pasado nada mal, pero era algo que no tendría que volver a ocurrir.

Su raciocinio se fue a la basura al leer aquel mensaje que había sido enviado a su teléfono, un número desconocido pero que Elsa conocía perfectamente.

SWIPE 강타 JELSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora