Prólogo

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- Yo te llevaré- dijo un joven de 19 a su pequeña hermanita

- No iba a llevarme nuestra madre, no era que quería decirme unas reglas muy importante que debo seguir para dar buena impresión a los profesores o algo así por el estilo- replicó la niña con un pequeño tono burlón.

- Bueno para eso te llevaré yo y creo que no necesitas que nadie te repita las dichosas reglas, y aunque te las digan sabes que las romperas al momento asi que no vale la pena malgastar el tiempo

- Amo que me conozcas tan bien

- Bueno vamos que se te hará tarde y eso sí que no dará una buena impresión.

En la estación

- Bueno aquí nos despedimos- dijo el- te dejaré con Agnes se que ella te cuidará muy bien

- ¿Si muy bien es obligarme a convivir con un grupo de niños narcisistas, caprichosos y perjuiciosos? Entonces muchas gracias- dijo la pequeña

- No entiendo porque te quejas si te han criado así toda tu vida, técnicamente eres uno de ellos

- Y yo no entiendo porque me réplicas eso si soy igual que tú

- Bueno ya sube porque Agnes se pondrá insufrible

- Ok, adios te quiero

- Adiós enana

En el tren

- Bueno, siéntate aquí y por favor no hagas nada- ordenó su prima señalando un asiento.

- Como que si te fuera a hacer caso- murmuró la niña.

- Que dijiste?- pregunto la prima.

- Nada- respondió sonriendo falsamente.

Habían pasado casi 3 horas y lo único que Cassandra había hecho era comer y leer un libro de maleficios de su prima y hubo un maleficio en particular que le gustó y ese era el Anteoculatia que según lo que leyó hacia que a la persona que recibe el maléfico le crecen astas en la cabeza, lo estuvo practicando durante todo el rato, cuando de repente llegó una chica castaña que era la hermanastra de Danielle grengass ambas habían pasado las vacaciones juntas pero nunca se llevaron muy bien y la razón era sencilla, la grengass siempre se reía de Kane y al parecer hoy no sería la excepción.

- Enana y los ojos grandes se nota que no cambiaste nada en las vacaciones, creo que cualquiera te confundirá con un conejillo de indias

Puede que no haya sido un gran insulto pero Cassandra no tenía mucha paciencia usualmente, así que le tiro el  maleficio que había estado practicando, y para su sorpresa funcionó y le crecieron grandes astas a la chica.

- Oye te dije que no hicieras nada, cuando tu padre se enteré- regañó su prima muy preocupada por su querida amiga.

- Y que? tú le dirás- pregunto la pequeña molesta por la reacción de su prima pero divertida por lo que le causó a grengass.

Una hora después

- Tu ven y sígueme- dijo un chico dirigiéndose a Cassandra. El chico le contó que el profesor slughor la había citado. Cuando habían llegado al vagón pudo ver a un grupo de chicos y chicas que se nota que eran mucho mayores que ella.

- Tú debes ser Cassandra Kane... Por favor siéntate, quieres algún dulce o algo?- dijo un señor mayor que ella supuso que era el profesor del cual su hermano le había hablado, el profesor slughor

- No, gracias...- fue interrumpida justo antes de preguntar porque estaba allí

- Yo conozco a tu hermano y por lo que he visto eres igual de talentosa que el... El pertenecía a mi casa al igual que toda tu familia espero poder tenerte a ti también en la casa

Fingí No Amarte/ James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora