𝐈. 𝐑𝐨𝐬𝐚 𝐩𝐚𝐬𝐭𝐞𝐥

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───𝒘𝒉𝒆𝒏 𝒚𝒐𝒖 𝒔𝒎𝒊𝒍𝒆 𝒂𝒕 𝒎𝒆, 𝒚𝒐𝒖 𝒕𝒖𝒓𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒐𝒓𝒍𝒅 𝒖𝒑𝒔𝒊𝒅𝒆 𝒅𝒐𝒘𝒏❜❜

Había muchas cosas que Roronoa Zoro detestaba: los mentirosos, los creídos, que lo despertasen de alguna de sus siestas, que el sake se acabara,

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Había muchas cosas que Roronoa Zoro detestaba: los mentirosos, los creídos, que lo despertasen de alguna de sus siestas, que el sake se acabara,... pero había una cosa en concreto que podía contra su paciencia: el sentido de la moda del cocinero cejirrizo.

Porque a ver, ¿quién le había dicho que era buena idea ponerse esa horrenda camisa rosa con estampado de flores del mismo color? Era cierto que ese idiota pocas veces abandonaba sus trajes a medida (es más, aquella era una de las primeras veces), pero, honestamente, hubiera sido mejor que se hubiera puesto otro de sus tontos conjuntos estilizados antes que esa horterada.

Aunque, para qué mentir, él tampoco es que fuera un gurú de la moda; es más, siempre era Usopp, Nami o el mismo cocinero el que lo ayudaban a vestirse porque, según el rubio, "era asqueroso verlo ponerse todos los días la misma ropa, sobre todo con su pobre rutina higiénica".
Rodó los ojos al recordarlo, mientras apoyaba el codo sobre su rodilla y dejaba caer la barbilla en su puño, observando con sigilo como sus compañeros bailaban alrededor de la enorme hoguera, riendo sin preocupación alguna. Pero, tan pronto como sus ojos captaron al cocinero, no volvió a apartar la mirada de su rostro alegre, de sus movimientos de baile desacompasados... haciendo que arrugase levemente la nariz al bajar los ojos y ver aquella horrenda camisa.

Las ganas de quitársela a la fuerza no le faltaban. Incluso si tenía que ponerle su propia camiseta de tirantes, le daba igual. Cualquier cosa era mejor que aquel escupitajo a cualquier sentido sensato de la moda.

No obstante, cuando su imaginación le regaló una extensa gama de posibles reacciones de Sanji —si realmente se atreviera a quitarle la camisa a tirones—, no pudo evitar sonreír con cierta malicia. ¿Le pegaría hasta lanzarlo fuera de la isla del cielo? ¿Le insultaría, le maldeciría,... se sonrojaría?

Zoro suspiró, cerrando los ojos durante un momento, antes de volver a abrirlos y fijar su mirada en el rostro risueño del rubio con pésimo sentido de la moda... dulcificando su sonrisa al imaginar que el rosa pastel de esa estúpida camisa subía hasta aquellas suaves mejillas, ya coloradas por el calor.

Sin embargo, todas sus fantasías se fueron por donde vinieron en el momento exacto en el que Sanji giró su rostro para mirarle —seguramente porque se había quedado mucho tiempo observándolo, embobado— y le dedicó una inesperada y brillante sonrisa, que hizo que los ojos del espadachín se abrieran como platos ante aquel gesto y la idea que pasó rauda por su mente.

Quería hacerlo. Aunque tuviera que arrancarle la ropa a tirones, quería ver esas mejillas teñidas de intenso rojo o de dulce rosa.

Y, al parecer, sus deseos brillaron en sus ojos, dado que el rostro de Sanji se encendió en cuestión de segundos, conjuntando el color con aquella camisa de flores que ya no le parecía tan horrorosa.

Y, al parecer, sus deseos brillaron en sus ojos, dado que el rostro de Sanji se encendió en cuestión de segundos, conjuntando el color con aquella camisa de flores que ya no le parecía tan horrorosa

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⏰ Última actualización: Dec 29, 2021 ⏰

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𝐏𝐫𝐢𝐬𝐦𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora