Selene

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"Love is clueless, and destiny is wishing..."
-Imagine Dragons, Hell And Silence

Selene, tan bella dama que es ella. Tenía tanto dinero para comprar tanta ropa de marca como quisiera, pero siempre usaba las mismas blusas holgadas y maltratadas y los mismos pantalones rotos y ajustados. Siempre tiene su largo cabello negro totalmente suelto y enredado, y aun así logra lucir maravillosa. Y no solo sobresalía por su gran belleza externa, también era una mujer muy joven y muy talentosa. Era una gran lástima que todos confundieran su talento con su inteligencia; dos cosas muy distintas. Y la verdad esto resultaba muy curioso porque tiene demasiados conocimientos, sin embargo, carecía de verdadera inteligencia. Pero todos le llamaban inteligencia a su talento. Quizá esta sea una de las peores desgracias que habría en su vida. Está muy claro que no sería la peor.

La desgracia más grande de su vida es la que está sufriendo ahora mismo; de eso estoy seguro. Qué triste que haya empezado desde sus 14 años. Ahora no solamente será su peor desgracia, sino también la más larga. Todavía puedo recordar el día en el que inició todo, 18 de diciembre del 2003. Ese fue el día en el que sus padres se divorciaron y ella decidió quedarse a vivir con su padre. Y decidió a quedarse a vivir con él porque sabía que no le pondría atención. Y esa es una de las tantas cosas que odiaba ella: la atención. Ella aprovechó esa falta de atención que le daba su padre para hacer todo lo que siempre quiso hacer. Esto era beber alcohol y fumar. Selene quería hacer esto porque deseaba morir. A ella nunca le importó el mundo que la rodeaba. Aunque supiera la enorme cantidad de pretendientes que tenía, nada le hubiera importado. Solo había una persona a quien le daba importancia: su hermano. Nunca lo conoció, ya que él
murió antes de haber nacido. Es tan curioso que la única persona a la cual pudo saber amar nunca ha existido.

Mientras más años pasaban, más deprimida se sentía, más drogas consumía, más alcohol digería, más pretendientes la seguían, más amistades perdía y más deseos de morir tenía. Pero ella no quería buscar ayuda porque simplemente no la quería y no la necesitaba. Lo que nos ha sorprendido a todos es que esto nunca la perjudicó en sus estudios. De pequeña siempre fue la primera de su clase y actualmente sigue ocupando ese puesto. Sin embargo, a ella nunca le importó; incluso se puede asegurar que no quería tener ese talento. Por más que intentaba deshacerse de él siempre fallaba, y nunca supo el porqué.

Fue a sus 19 años que la diagnosticaron de cáncer de pulmón. Les aseguro que ese fue uno de los momentos más alegres de su vida, ya que el cáncer le ofrecía un boleto asegurado hacia la muerte. De por sí, eran contados los momentos felices que había tenido en toda su vida. En fin, ella dijo que se sentía tan alegre por tener cáncer que se haría cortes en sus muñecas, debido a que no soportaba la felicidad. Incluso decía que la felicidad no era un sentimiento. Esa era otra razón que explicaba los profundos cortes en sus malditas muñecas: se hería solo para mostrarse a ella misma que podía sentir. Que actitud tan morbosa y masoquista de su parte.

Así como odiaba la felicidad, Selene también odiaba el amor. Lo odiaba porque ella veía el amor no sólo como una tragedia, también como un sinónimo de la felicidad. Y todos sabemos lo mucho que odia la felicidad. Como ya lo había mencionado, la única persona que supo amar fue a su hermano. Pero este es un amor morboso y masoquista, así que nunca ha odiado los sentimientos que tiene hacia él. Ese amor es igual a la destrucción. Y a ella le agradaba la destrucción. Qué pena que tenía enormes sentimientos por alguien que nunca existió, y que nunca pudo abrirse a sus miles de admiradores. Le sobraban los admiradores desde sus 7 años, y nunca supo apreciarlos ni ponerles atención. Todos hubieran dado su vida por tener su negro y profundo corazón. También tenían la gran ilusión de vivir toda una larga vida a su lado.

Pero, aunque Selene se hubiera abierto en alma hacia alguno de ellos, no le hubiera concedido el deseo de tener una larga vida a su lado. Y esto se debe a la peor desgracia que ha sufrido. Probablemente te sorprendas al saber que la peor desgracia no la he mencionado aún. Su peor desgracia la está viviendo en este mismo instante, acostada en la cama de un hospital, conectada a un dispositivo electrónico. Su cáncer de pulmón se extendió a sus dos pulmones y se llenaron de un extraño líquido. Apenas y puede respirar. Los doctores le dijeron que le quedaban unas pocas horas de vida. Cuando le dijeron esto, Selene recordó el primer momento que ella podía recordar de toda su vida. Estaba a punto de cumplir 3 años de edad, y su madre la estaba levantando para ponerle el vestido de princesa que usaría para su linda fiesta. Selene estaba muy emocionada porque sería su primera fiesta de cumpleaños y porque nunca se había puesto antes su vestido de
Blanca Nieves. No pudo evitar sonreír después de ese recuerdo. Después recordó su último cumpleaños. Fue hace 3 meses, y estuvo sola su departamento. Este departamento se lo dio su padre hace 5 años porque se había comprado una casa en la cual viviría con su tercera esposa. O al menos eso quería pensar la mujer en ese momento, porque en realidad se lo dio su papá porque él no quería compartir un apartamento con una enferma de cáncer. Ese cumpleaños se sentía tan desafortunada por saber que había vivido 24 años eternos en esta basura de mundo. Y ese cumpleaños se dedicó a hacer su rutina diaria: consumir todas las drogas que tuviera en su alacena, beber 6 latas de cerveza y hacerse cortes con su navaja (ese día le tocaban 5 cortes en cada pierna).

Es tan extraña esta comparación: Pasar su primer cumpleaños que le concedía su memoria rodeada de sus compañeros del jardín de niños y de su familia con su hermoso disfraz de Blanca Nieves, cantando y bailando al ritmo de canciones infantiles, comiendo dulces hasta que le doliera la barriga y abriendo muchos regalos, a pasar su último cumpleaños rodeada de la soledad que ella misma había decidido tener, con su cabello maltratado y despeinado, llorando por su enorme depresión que había estado con ella por más de 10 años, tomando píldoras hasta que se le acabaran y abriéndose las venas de sus piernas. Había caído del castillo de sus mejores sueños hasta el fondo del profundo y obscuro océano. Vaya caída tan metafórica.

Después se puso a pensar en toda su vida. De pasar de estar en la cima de todo el mundo hasta el seco, negro y profundo inframundo. De cambiar su evidente sonrisa de la infancia por su personalidad tan suicida y depresiva. Parecía que ella estaba destinada a vivir en un mundo desolado con un alma desolada. Ella pensaba en lo dolida que se sentía en el centro de su dolor y lo maltratada que se sentía en el centro de su corazón. Se ponía a recordar que, a sus 6 años, su maestra le preguntaba muchas veces qué quería ser de grande, a lo que Selene respondía: "De grande yo quiero ser feliz". Definitivamente, lo que ella sufría en este momento no era lo que ella esperaba en un principio. Lo puedes ver en la forma en la que está llorando y cómo sus lágrimas la coronan como la reina de la desgracia. Había llorado muchas veces en su vida, pero nunca antes había llorado mostrando tanto dolor como en este instante. Por primera vez en su vida quiso
vivir un día más. Y precisamente esa es su peor desgracia: Había pasado toda su vida intentando matarse y causándose daño a ella misma, para que, en sus últimos momentos de vida, se hubiera arrepentido de hacer esto por 10 largos años. Tenía unas inmensas ganas de empezar otra vez su vida, para no cometer esos errores que cometió y vivir una vida alegre. Pero, por desgracia, ya era muy tarde para decidir cambiar o remediar el daño. Selene no tenía nada más que hacer. Era imposible remediar todo el daño que ella había causado.

Lo más productivo que puede hacer ahora es contar los segundos que faltan para que llegue su hora.

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