La luz tenue del mediodía/tarde le dio la bienvenida a mis ojos tras horas de descanso merecido por la mudanza... espera, ¡¿mediodía?!, si, me había quedado dormido como todo un perezoso, me levanté con la prisa mirando el sol tras la persiana, confundido por la posición del sol y dándome cuenta de que, no era mediodía, vi la hora y ahora puedo dar explicación a dos cosas, número 1: Podría comerme un elefante con el hambre que tengo.
Numero 2: necesito arreglar mi horario de sueño, ahora que vivo solo no puedo darme el lujo de despertar a las 4 p.m. quiero decir... entiendo todo lo de que mi cuerpo debe descansar tras horas de camino y cargar cajas, pero aveces pienso que simplemente está en mi contra también. Estiré mi espalda y con el crujir del hueso por parte de mi columna, di inicio a- bueno, no se si decir que esto es mi día, por suerte hoy lo había designado como un día para conocer el vecindario y presentarme a los vecinos, todo eso de ser el chico nuevo y bla bla, hey, dicen que es importarte las primeras impresiones.
Aún somnoliento, quiero ir a darme una ducha, el hambre también aguarda, pero prefiero estar limpio para poder comer, puedes decir que es un pequeño hábito para mi. Terminé levantarme de aquella cama individual de la habitación, las paredes de ese color blanco pálido cansan mi vista rápidamente, no es un buen color para alguien recién levantado, osea, queda perfecto en la decoración vintage de la habitación, pero definitivamente no es el color que mis ojos quieren apreciar cuando me levanto. Mi espalda un poco dolorida, por la mala postura al dormir, da un crujido al estirarme, sonido que además acompaño por ese quejido que me es obligado a sacar, bien, esto de acostumbrarse es parte de la vida de adulto ¿no?
Una notificación de mi teléfono me hace voltear de vuelta a la cama, allí estaba tirado y con una notificación de "batería baja", vaya, a alguien se le olvidó conectarlo, suspirando por el buen despertar, coloco el cargador y tras el típico sonido de que esta cargando camino, ahora si, al baño para darme la ducha. Al pasar por el espejo y darme un pequeño vistazo puedo notar el notable largo de mi cabello rubio, ¿debería cortarlo? ¿Debería dejar de plantearme cosas que pagar cuando todavía tengo que buscar trabajo?, si, debería.
Entro a la ducha y el agua no tarda en caer, las gotas del frío líquido recorre mi piel haciendo que de respingos al principio. Un momento de calma tras los pequeños contratiempos de levantarse, la casa, había sido habitada anteriormente por una pareja de ancianos que ya querían mudarse a el lugar de sus sueños y vivir ahí para el resto de lo que quedaba de su vida. Cuando vine, me dieron indicaciones vagas, pero que pueden serme útiles:
•- Agnes, la vecina de en frente, tiene un pequeño problema con el alcohol y no es buena idea molestarla cuando esta tomada, me comentaron que era... estrafalaria cuando esta bajo los efectos del alcohol. Aún así, que poseía muchos contactos y que si tenía algún problema, no dudara en pedirle ayuda.
•- Louis y Gill son una pareja con 2 hijos y viven al lado, son amigables y muy serviciales según los ancianos, pero, sus hijos ocupan gran parte del tiempo al tener que cuidar de ellos, resulta que los pequeños no son muy tranquilos.
Mencionaron que la otra casa de al lado, había estado deshabitada desde hace algún tiempo, que se había mudado alguien, pero como había llegado yo a comprar la suya, habían dicho que no se preocuparon en presentarse o ver quien era, creo que enserio tenían ansias de irse. Ah, bueno, vecindario pequeño, chisme grande, espero no estar en la siguiente página de noticias de las... señoras preocupadas por las novedades dentro del lugar donde viven.
Tras tener estos pensamientos tan reflexivamente inútiles, salgo de la ducha, una toalla cubre mi cintura y al salir a secarme escucho un ruido extraño proveniente de la calle, un grito estridente que me deja un poco atónito.
—¡Vete de aquí! — escuché a una mujer joven gritar. —¡No quiero verte aquí jamás!
¿Por qué deduzco que es joven? Porque esas palabras que gritó me son familiares, larga historia, y es fácil diferenciar la tonalidad. Como buen vecino chismoso, asomé la cabeza por la ventana viendo lo que ocurría, un chico era empujado a la fuerza fuera de la casa que los ancianos habían mencionado desocupada, poco después, un ramo de rosas fue tirado a la cara del pobre sujeto. Para ser honestos, me parecía bastante graciosa la situación, quiero decir, ¿en cuantas de esas películas antiguas no había visto la misma escena? Un hombre de aspecto... urbano, siendo echado de una casa donde seguramente ya no será bienvenido y además, tirándole su regalo a la cara.
ESTÁS LEYENDO
Estereotipos.
Teen FictionAxel, un joven de 22 años, tendrá que vivir una vida totalmente normal, llena de "clichés" o al menos, eso parece. ¡Drama, amorios, lágrimas!, quizás sangre, hermosa combinación para una vida totalmente corriente.