Pasado un tiempo, ellos empezaron a quedar menos con sus amigos porque a un amigo que tenían en común le gustaba Emma y por lo tanto Enzo se sentía celoso ya que para ella ese niño era como su mejor amigo. Ese niño se llamaba Iker; Emma y él se conocían desde hace varios años pero Iker nunca había llegado a decirle nada a Emma sobre sus sentimientos.Emma pensaba que esos celos eran buenos porque se preocupaba por ella pero al cabo de un tiempo esas desconfianzas se fueron convirtiendo en celos posesivos, es decir, que ella no podía quedar con nadie a no ser de que estuviera Enzo presente. Con el tiempo, Emma se fue cansando de no poder hacer lo que le gustaba y un día le dijo a Enzo que debían de hablar, le dijo de quedar en el parque donde siempre se veían.
Llegó el día en el cual ellos se iban a ver y Emma le dejó varias cosas claras a Enzo.
-No entiendo por qué no puedo quedar con mis amigas, si sabes que no te voy a ser desleal y yo te quiero de verdad pero ya no puedo aguantar con tanto.
-Yo también te quiero pero debes entender que si soy así es porque intento protegerte de todo lo que pueda pasarte- le dijo Enzo - porque tu eres la única persona que me ha demostrado que soy importante para ella.
-Ya lo sé, pero no dejarme quedar con mis amigas es algo muy posesivo. Sé que cuando llegaste al instituto la única persona que estuvo contigo en los peores momentos he sido yo, sabes perfectamente que tu me importas demasiado pero no tengo más aguante.
-Si necesitas un tiempo yo te lo doy -le dijo Enzo- porque el hecho de perderte no me gusta nada.
-Sí, tienes razón solo necesito pensarlo por unos días para saber qué decisión debo tomar -le dijo Emma- tú también necesitas pensar y reflexionar sobre tu actitud.
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La Promesa
Teen FictionUna historia basada en hechos reales pero con nombres cambiados