Watermelon Sugar High

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Todo empezó con la sangría en realidad. 

Cuando Louis salía de la ciudad, Harry tendía a ponerse triste y cuando se ponía triste tendía a beber, pero beber solo le entristecía más así que tenía que hacerlo divertido.

Cuando Louis salía de la ciudad le gustaba experimentar con cócteles y bebidas frutales con bonitos colores en sus vasos más elegantes con trozos extra de fruta o pequeños paraguas si los tenía. Le gustaba colocar discos y pintarse las uñas, bailar por el salón hasta que se tambaleaba y entonces solía meterse en la cama y dejar mensajes de voz embarazosos en el teléfono de Louis sobre lo mucho que lo echaba de menos y el tipo de cosas que le haría si Louis estuviera en la cama a su lado, pero sobre todo cosas ñoñas sobre las pestañas de Louis, las curvas de sus labios y las pecas de su mejilla.

 Louis tenía una carpeta entera de ellas guardadas

Harry se había quedado solo durante casi una semana y se sentía bastante deprimido

Louis se había ido a visitar a su familia, pero Harry se había visto obligado a quedarse en casa a   trabajar y cada vez estaba más aburrido y necesitado. Louis debía volver a la mañana siguiente y había prometido irse en cuanto saliera el sol pero Harry lo quería en casa. 

Ya se había terminado lo que quedaba de sangría en el frigorífico la gran jarra que había llenado el día anterior, pero todavía estaba más cerca de la borrachera que de la euforia. La sangría había sido buena, dulce y ácida, y quería más.

 Se preguntó si estaba lo suficientemente sobrio como para manejar un cuchillo y decidió probarlo.

En el cajón de las verduras quedaban tres fresas, un manojo de espinacas marchitas y una bolsa de zanahorias tiernas. Los puso sobre la encimera y frunció el ceño al ver los dos limones y la lima en su frutero. Había usado la última naranja el día anterior junto con todos los arándanos. 

No creía que pudiera hacer sangría con tres fresas.

Entonces vio la sandía, sentada, grande y orgullosa a junto al cajón donde guardaba sus moldes para ponquesitos. Se pueden hacer cócteles con sandías ¿Verdad?                                                            

Ya los había probado antes. Sandía con fresas y tal vez la lima del frutero, con Vodka. Eso podría ser algo.

Sacó un cuchillo y empezó a cortar la parte superior de las fresas, tarareando la canción de Britney Spears que resonaba en la Habitación.                                                                                                        

Lo estaba haciendo muy bien, pensó. 

Sus uñas estaban pintadas del mismo rosa rojizo que la carne de las bayas, presionando la punta de su uña contra un trozo de la misma esta cedió fácilmente, dejando una pequeña forma de media luna cuando levantó el dedo que se llenó de zumo. Lo tiró con los demás y se volvió hacia la sandía. 

Era bueno cortando sandías, al menos cuando estaba sobrio.Era un maestro de las ensaladas de frutas y era conocido por llevar a las comidas sandías talladas que eclipsaban cualquier otro plato.

Consiguió meter el cuchillo hasta la mitad de la corteza, cuando dejó de moverse, presionó contra él con todo su peso y trató de cambiar el ángulo pero no avanzó más. Lo movió de un lado a otro, sacando la lengua en señal de concentración, y finalmente lo liberó. 

Había un corte en el centro de la sandia  que se detenía a mitad de camino.

 Frunció el ceño y miró su vaso.