Maldición

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Me estaba hablando, pero yo no lo oía. No era que no quisiera, simplemente no lo oía. Esto me pasaba por meterme en asuntos que no me incumben, ella incluso me lo dijo, pero como soy muy terco no le hice caso. Ahora tendría que vivir así, sin poder escuchar su dulce voz nunca más por culpa de esta maldición.

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