único.

216 28 8
                                    

La primera vez que Beomgyu acompañó a Soobin a fumar, se sintió demasiado raro para el mayor.

Beomgyu no sacó un cigarro, no sacó algún vape, o algún objeto para poner en su boca, sólo respiraba de forma calmada, inhalaba como si inhalara el aroma más placentero de toda la tierra y lo miraba de forma atenta.

Parecía admirar cómo el humo salía de sus labios, cómo llevaba el cigarro a ellos y cómo inhalaba, y Soobin, no es ninguna blanca paloma.
Se sentía admirado, y le gustaba sentirlo. Le gustaba cómo Beomgyu lo miraba, pareciendo analizarlo, le gustaba cómo veía su expresión al soltar el humo, le gustaba que sus ojos vieran atentos sus manos llevarlas a sus labios, sostenerlo, y bajarlas a su pecho.

Le gustaba esa mirada, se sentía bien al tenerla, pero no le gustaba el silencio abrumador.

Quería recibir por lo menos una invitación a cualquier cosa, pero Beomgyu sólo lo miraba.

Sin expresión alguna.

Entonces no sabía qué hacía ahí.

Una vez el mayor le preguntó cuál era su sabor favorito del helado, y sí, el castaño era atento, gentil y amable, demasiado amable, pero esa vez se respondió a decir sólo unas vagas palabras mientras la seguía viendo.

'Vainilla, no hay vez que no lo pida.'

Entonces, eso decía que Beomgyu se iba por lo habitual. Y lo habitual era que en cada reunión Soobin se excuse para salir a fumar, y ya ni pedía alguien que lo acompañe porque el menor tomaba su chaqueta y partía detrás de el.

Las otras veces fueron menos incómodas.

Beomgyu prendía el encendedor por el y un día se dio cuenta que llevaba una caja de cerillos en su saco, caja que sacó de forma normal, encendió uno, prendió el cigarro de el mayor, y vio cómo la llama se consumía entre sus dedos para voltear a verlo fumar, o simplemente ver la caja de cigarros.

La presencia del menor aunque fuera casi invisible, ponía nervioso a Soobin.

Y no era alguien cómodo.

El pelimorado regularmente quería tener un tema de conversación y eso lo obligaba a orillarse a hacer un juego de preguntas 'si, no, tal vez' que luego se volvían demasiado personales. Ese día orilló a Beomgyu a hacer uno con una simple pregunta.

—¿Por qué te gusta verme fumar?— preguntó, con el cigarro entre dientes, apenas prendiéndolo con su encendedor ya defectuoso. Beomgyu tuvo que prender sus preciados cerillos para darle fuego.

Un suspiro, y habló.

—Porque me gusta el olor del tabaco, es sólo eso.

Soobin frunció su ceño.

—Entonces, ¿Quieres?— se iba a sentir estúpido si Beomgyu siempre iba esperanzado de que el mayor le compartiera del cigarro, pero el otro negó, para verlo.

—Sólo me gusta ver a la gente fumar, es eso, me gusta el olor del cigarro porque me gusta, me genera una sensación que no puedo explicar, me gusta.

—¿Por? ser fumador pasivo te hace más daño que ser un fumador activo, en este instante puedes morirte y yo seguiré viviendo, fumando quince cigarros al día.

—Lo sé, pero deberías tenerme miedo, mis fumadores activos han muerto primero que yo— una sonrisa vaga, triste, remuerde lo más profundo de Soobin que sólo ladea la cabeza y se acerca a verla, todavía con humo en su boca, y cuando habla, lo suelta, lo suelta en la boca del menor.

Se iba a disculpar hasta que recibió una sonrisa, casi placentera, y suspiró.

—¿Qué tanto te gusta el humo?

—El humo no, el humo del cigarro, es adictivo, me da una sensación de comodidad cuando alguien está fumando junto a mi, y es raro, a muchos les incomoda pero a mi me gusta, es mi olor favorito, y no sé por qué cuando es literal un olor de la muerte.

Qué raro. Soobin pensó mientras llevaba el cigarro de nuevo a sus labios e inhalaba, haciendo a Beomgyu sonreír a verla, y apenas separó el objeto de sus labios e iba a abrir su boca para hablar, el menor juntó sus labios, sintiendo el humo en sus labios.

Y fue, excitante. Soobin abrió sus ojos intentando ver por qué la menor había hecho eso pero sólo recibió un movimiento de labios, siendo su única obligación, seguirlo.
Cerró sus ojos, puso su mano libre sobre la mano cálida del otro, y movió sus labios, no queriendo hacer nada para pasarle ese humo al fumador virgen, pero falló.

Un suspiró de sus labios cuando Beomgyu lo acarició fue lo que le hizo pasar, causando que el otro se separara para toser, pero reír, causando un sonrojo en el otro.

—¡¿Qué te pasa?!

—Quise saber a qué sabe, por qué lo hacen, eres el único no-familiar fumador activo que tengo, por fin supe.

—Hace unos minutos te pasé el cigarro pero lo rechazaste.

—Sí, pero quería un motivo para besarte y saber a qué sabe, siempre lo he visto, siempre he visto cómo mi abuela fumaba y moría, vi cómo mi tía fumaba y moría, vi cómo mi papá fumaba y finalmente murió, quiero saber por qué les gusta tanto, y creo que me gustó... pero sólo por ti.

Estaba gravemente confundido. Llevó su mano temblorosa de nuevo a sus labios para fumar de nuevo y alejó el cigarro de sus labios, haciendo que Beomgyu se le vuelva a acercar, y Soobin no se pudo negar.
El beso de el menor ahora fue suave, rozó sus labios y después lo besó cómo lo había hecho anteriormente, sintiendo el humo, el sabor en sus propios labios por cómo el otro lo estaba pasando poco a poco.

Se sintió bien.

Sus manos bajaron a su cintura para sostenerla, y ahí Soobin se separó, suspirando.

—Una persona con tu historial de muerte por cigarrillo y sentimientos me diría que deje de fumar por mi bien y porque me ama.

Una risa vaga de Beomgyu, que cuando vio que el mayor apagó su colilla del cigarro en el cenicero prendió un cerillo, pero suspiró.

—Mentí, sólo me gusta verte fumar y te quería besar, te ves sexy— el mayor torció sus ojos y quiso entrar de nuevo a la casa, pero una mano en la suya lo hizo parar.
Un abrazo a su espalda, un suspiro, y sintió cómo inhaló en su cuello—no te vayas, aún no, quédate un poco más.

—¿Quieres que saque un cigarrillo?— negó en su hombro, y suspiró.

—Me gusta cómo estamos, quédate un poco más— sus manos en su cintura, Soobin llevó una a ellas, sintiendo lo helada que estaba y lo cálido que estaba el menor, y rió —De todo lo que me dijiste, ¿realmente te gusta el olor del cigarro?

Unos segundos pasaron para que el otro respondiera con total seguridad.

—Me gusta cuando sale de tu ropa, me gusta cuando sale de tus labios, me gusta cuando tus manos huelen a eso, lo haces pasar por algo agradable— ¿era algo parecido a una confesión? el pelimorado abrazó esos brazos que lo sostenían, y rió.

—Es algo malo.

—Tú lo haces pasar por algo agradable, ya dije— entonces todas las veces que Beomgyu salió a verlo fumar, eran literalmente para admirarlo, oler el cigarrillo, y pasar tiempo con el.
Aunque realmente fuera algo que le hacía mal a ambos, le pareció sumamente lindo.

Sonrió mientras abrazaba más fuerte esos brazos, y rió.

—Si tú lo dices.

                              ♥︎

gracias a kttyongie de nuevo por dejarme adaptar su os <3

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 22, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

cigarette ✧ soogyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora