Capítulo único

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Esta noche era muy especial, Souya había preparado la mejor cena navideña para pasar tiempo con su novio Rindou y sus hermanos mayores, como cada año desde que empezaron a vivir juntos, o quizá desde que formalizaron su relación.

Mientras Souya veía complacido los platillos, Rindou terminaba de poner la mesa para que todo estuviera preparado cuando sus hermanos llegaran.

La pareja se esforzaba mucho para que esa noche hubiese algo de paz entre sus hermanos los cuales no se soportaban, pero siempre que sus hermanitos los juntaban en su casa tenían una especie de acuerdo implícito de no arruinar el ambiente que sus hermanos pequeños se esmeraban en formar, aún así era inevitable no tener ciertos comentarios y burlas entre los mayores, quienes eran reprendidos por los otros para no terminar en una pelea más grande.

-Sou... ¿Crees que algún día ellos se lleven bien? - dijo viendo hacia la ventana, atrayendo la atención del peliazul, quien al mirar se encontró a los mayores discutiendo apenas se vieron fuera de la casa.

-No lo sé Rin, han pasado años y ellos parecen llevarse peor que antes -suspiró yendo a abrir la puerta antes de que los otros empezaran a pelearse.

(minutos antes)

Ran estaba estacionando su auto cuando una moto aparcó al otro lado de la calle, el mayor de los Haitani sonrió ladinamente al ver una cabellera pelinaranja acercarse a su auto.

-¿No piensas bajar imbécil? -Nahoya estaba con su típica sonrisa, pero había un tono más divertido.

-Esperaba que vinieras a buscarme para entrar juntos -salió del auto y se acercó al más bajo

-No creo que seas tan idiota como para no saber llegar por ti mismo.

-Tienes razón, pero tu compañía es mejor, además... -sonrío nuevamente y se acercó al oído del otro -quería asegurarme de que escondieras bien esas marcas en tu cuello -procedió a lamer su cuello descaradamente haciendo al otro saltar y mirar hacia la casa de sus hermanos menores para asegurar que nadie los viera.

-Idiota, sabes que nadie debe saber -se sonrojó un poco pero al ver que nadie estaba cerca, simplemente se acercó al más alto y lo jaló del cuello para acercar sus labios a los contrarios, dejando un beso simple pero muy profundo.

Al separarse Ran volvió a sonreír -lo quieres ocultar pero te encanta provocarme -se acercó de nuevo a sus labios pero sólo los rozó y se separó para empezar a caminar hacia la casa de sus hermanitos.

Quedando insatisfecho Nahoya corrió hacia Ran y empezaron a discutir mientras se acercaban a la casa, justo cuando Rindou se asomó por la ventana viendo que sus hermanos peleaban como siempre, siendo Souya quien interrumpió abriendo la puerta, para darles paso a su hogar.

-Naho, Ran, que bueno que vinieron.

- Sabes que haría todo por mi pequeño hermano -sonrío el pelinaranja y pasó al lado de Souya acariciando su cabello.

-Es bueno verlos, pasen al comedor, ya está todo listo -Interrumpió Rindou cuando notó que su hermano mayor estaba por decir algo para su cuñado.

-Tienes prisa en deshacerte de nosotros, Rinrin? -la filosa lengua de Ran cambió de objetivo dirigiéndose a su hermanito quien interrumpió el comentario que estaba por dedicar a Nahoya, Rindou negó con la cabeza -esta bien Rinrin, sólo bromeaba, vamos a cenar entonces.

-Ni siquiera a tu hermano dejas tranquilo, imbécil -Nahoya se dirigió hacia el mayor con su típica sonrisa, pasando de largo hacia el comedor.

-No necesito escuchar al enano que lloró porque su hermanito consiguió novio y mientras él sigue amargado y solo.

Sorpresa de NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora